Capítulo 15

71.7K 8.2K 1.8K
                                    

Esa tarde el rey solicito mi presencia en el estudio de mi padre, se suponía que debía sentirme halagada ante tal invitación, al parecer él deseaba tener la intención de pasar tiempo a mi lado, pero las palabras de mi padre continuaban agobiando m...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa tarde el rey solicito mi presencia en el estudio de mi padre, se suponía que debía sentirme halagada ante tal invitación, al parecer él deseaba tener la intención de pasar tiempo a mi lado, pero las palabras de mi padre continuaban agobiando mi cabeza. Él solo trataba de encontrar una respuesta coherente ante mi repentina decisión, pero la verdad era un camino que destruiría su dignidad ¿Él sería lo bastante fuerte para soportar la verdad?

Cuando hice acto de presencia fue extraño el ver como los acompañantes de su majestad hacían una reverencia ante mí, todos me notaron excepto el mismo rey, quien mantenía una conversación con un hombre alto de cabello oscuro y piel bronceada. La expresión que el rey mantenía en su rostro era de temer, aunque la comunicación que mantenía con aquel hombre parecía ser una conversación común, sin embargo, el ambiente a su alrededor se percibía tenso como si se tratase de una discusión silenciosa donde solo las miradas eran las que gritaban sus verdaderas intenciones.

—Ojalá pudiera hacer algo para aminorar el sufrimiento de Emilia, pero ni un rey tiene ese poder.

—¿Por qué te rehúsas a verla cuando esta muriendo?— cuestiono el hombre mostrándose altivo ante la presencia del hombre más poderoso del reino.

—Emilia no quiere que nadie sienta lastima por ella—le recrimino el rey—ella me dijo que desea que la recuerde como la persona que alguna vez fue. La mujer más fuerte de todo el reino, pero al parecer tu que tuviste la suerte de desposarla prefieres abandonarla poniendo como excusa tu puesto como general. No eres más que un cobarde.

—No lo entiendes porque no estas en mi lugar, si yo pudiera suplantarla y evitar que sufriera lo haría, pero no puedo y no soporto verla morir de esa forma—soltó un gemido y oculto su rostro como si fuese a romper en llanto.

—Emilia sufriría más si tú no estás a su lado mientras ella muere ¿Qué crees que es lo que desea ver antes de morir imbécil?

—Fue ella quien me pidió esto, ella no quiere verme ahí mientras muere.

—Vuelve con ella y ten el valor para decirle que no la dejaras. ¡Sé un maldito hombre por Dios!

El hombre asintió aceptando la orden de su majestad, se inclinó en una reverencia y se giró encontrándose con mi mirada, frunció el ceño parecía confundido, pero finalmente hizo una reverencia ante mi para después salir de la habitación sin decir nada más. Fue entonces que el rey se dio cuenta de mi presencia.

—Majestad—hice una reverencia y agaché la vista, su mirada me ponía nerviosa. Lo vi acercarse a mí. Me ofreció su mano para ayudarme a levantar de la reverencia tan dramatizada que había hecho. Coloque mi mano sobre la suya y con su ayuda me reincorpore.

En un acto cortes, de un caballero a una dama, beso mi mano. Sus labios eran suaves al tacto sobre mi piel. Comenzaba a acostumbrarme a sus labios, pero no al estremecimiento que provocaba en mi cuerpo.

Amor De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora