—Helena—le escuché musitar por encima de mi cabello, habíamos permanecido varios segundos abrazados en medio de aquella sala. Al levantar la vista vi una sonrisa acongojada—debo irme.
—¿Qué?—me aparte un poco, pero sin dejar de abrazarle.
—Debo ir a la frontera con Cromenia.
—¿Por qué?—proteste, pero él suspiró e intento formar una sonrisa en sus labios.
—Los consejeros creen que el zar movilizo a sus tropas incluso antes de venir aquí, debo trasladarme a la frontera para cerciorarme de la probabilidad de un ataque al reino en los próximos días—explico tomando mis manos entre las suyas, quizás para hacerme entender del porqué debía marcharse, pero yo no podía entenderlo
—¿Por qué tú?— impugné—¿Acaso no hay personas que se encargan de estas cosas por ti?
Tomo mi rostro entre sus manos, se acercó a mi rostro y luego deposito un beso en mis labios, si lo que estaba buscando era tranquilizarme, efectivamente lo había logrado con aquel beso.
—Las hay, pero que clase de rey seria si no examino por mi mismo las posibilidades—explico sin apartar sus manos de mi rostro—debo hacerlo, por el reino, por las personas que depende de nosotros y por ti.
Me quede en silencio reflexionando sus palabras, por unos instantes había olvidado que él era el rey y como tal, no podía darse el lujo de olvidar a las personas que dependían de él sobre todo con un potencial enemigo cerca de nuestra frontera.
—William—mi voz se fue apagando. Sobre sus labios se formó algo parecido a una sonrisa y después dio un gran suspiro se vio forzado a hablar.
—Debo admitir que de saber tus sentimientos hace un par de horas hubiese eludido la responsabilidad de viajar a la frontera, sin embargo, a estas alturas ya no puedo hacer nada, de verdad desearía evitar todo esto y quedarme aquí contigo, pero es necesario atender esto antes de que se vuelva más complicado de lo que ya es.
—¿No es precisa mi presencia en la frontera también?—pregunte con la esperanza de que me permitiera acompañarle
—Eso sería demasiado peligroso— respondió con cierta severidad en su tono de voz—no sé qué tan comprometida este la frontera en estos momentos, solo te arriesgaría al llevarte conmigo.
—¿Cuándo te vas?—desvié la mirada.
—Una hora o tal vez dos— confeso con pesar—el viaje a la frontera es de tres días, por lo que es crucial que marche de inmediato, perdóname.
—Entiendo—dije inmediatamente— es tu responsabilidad como rey.
Guarde silencio, estaba preocupada, aunque en cierta medida también estaba algo decepcionada, esperaba estar más tiempo con él ahora que podíamos ser sinceros el uno con el otro, sin embargo, era muy egoísta de mi parte si quiera el pedirle que se quedara. Era la reina por lo tanto también era mi responsabilidad y que clase de reina seria si anteponía mis sentimientos antes que la seguridad de mi pueblo.
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Amor De Cristal
Historical FictionEn edición Helena Hamilton es una chica tierna e inteligente. Sin embargo odia la vida social a la que esta sujeta por ser hija de un conde. Aprender a tocar instrumentos musicales, hablar otros idiomas, asistir a bailes es la tortura de cada día...