Capítulo 17

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No podía culpar al rey al irse tan pronto, habia surgido una situación que parecía ser complicada y su presencia era crucial para resolver el asunto, sin embargo, conforme pasaron los días y al no tener ninguna novedad comencé a preguntarme sobre ...

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No podía culpar al rey al irse tan pronto, habia surgido una situación que parecía ser complicada y su presencia era crucial para resolver el asunto, sin embargo, conforme pasaron los días y al no tener ninguna novedad comencé a preguntarme sobre qué tan grave debía ser ya que en el diario no mencionaba ninguna noticia, aparentemente la gestión se estaba llevando a cabo bajo la mayor discreción, pero la incertidumbre me inquietaba.

—Dicen que en el noroeste del país, un grupo extremista se ha levantado en armas causando terror entre los habitantes de un poblado llamado Norland—anuncio lady Millan en un tono preocupado. Me sorprendió saber que ella también sabia algo al respecto—escuche que la situación que se vive en ese lugar es por causa de la corrupción.

—Lady Florence. ¿Esa población no queda muy cerca de donde reside su familia?—cuestiono Lady Cailón algo alarmada por la situación.

—Si, a tan solo una hora. El año pasado hubo una revuelta en ese lugar, mi padre tuvo que llevar algunos guardias fronterizos para tomar el control de la situación, pero el gobernante de la región los expulso argumentando que mi padre no tenía jurisdicción en esa zona.

—¿Cómo es posible que el rey ha permitido tal situación?

—Durante la cena escuche que un caballero hablaba sobre el asunto con el rey, por lo que alcance a oír, ese es el motivo por el que se marchó tan pronto—intervino Lady Florence, ella parecía estar muy interesada en el tema, quizás porque su hogar estaba muy cerca de esa zona—el grupo extremista cerro los límites de Norland y creo que han asesinado a los cabecillas que regían ahí, acusan al rey como un tirano opresor que no volteo a verlos cuando más los necesitaban.

—¿Entonces el grupo extremista está conformado por los habitantes de Norland?—me atreví a preguntar. Me sentí un poco ajena a la conversación, quizás porque no había tenido la intención de informarme de lo que ocurría en la nación que pronto iba a gobernar.

—Si, Alteza.

—¿Y que se ha hecho para remediarlo?

—Antes de venir aquí, en los diarios mencionaban que el rey había desplegado un regimiento militar hacia la región, pero el movimiento ofendió a algunos funcionarios del parlamento, por lo que tuvo que tuvo que dimitir la orden.

—¿Acaso estuvo mal?

—No, alteza, de hecho, todo lo contrario.

—¿Entonces cuál es el problema?

Las tres se miraron entre sí, pareció que la única que ignoraba el estado del reino era yo, incluso la gobernanta parecía saber algo, ella permaneció en silencio absoluto, solo observando a las demás damas que me preparaban para ir a dormir.

—En el parlamento hay muchos opositores al rey—dijo Lady Cailón mientras amarraba una cinta azul a mi cabello para que este no se enredara mientras dormía—según la ley, el único con el poder de movilizar las fuerzas armadas es él y ese es el disgusto del parlamento, muchos de estos opositores andan detrás de la reina madre y es ella quien habla por ellos ante su majestad, pero los opositores han provocado disputas entre el rey y la reina.

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