—Hermana—dije instintivamente, había pasado mucho desde la última vez que la había visto. Por su aislamiento era evidente que había bajado de peso, pero seguía igual de hermosa.
—Me sorprende su descaro al llamarme hermana—musito mostrando una sonrisa maliciosa. Mire a mi alrededor temiendo que alguien la hubiese escuchado
Un nudo se formó rápidamente en mi garganta, era de suponerse que ella aún seguía enfadada conmigo, no habría razón para que ella pudiera perdonarme cuando no habia hecho nada para obtener su perdón.
—Sé que sigues enfadada y tienes todo el derecho a decirme lo que desees si eso te hace sentir mejor, pero—hice una pausa para recomponer mi voz, sonaba temblorosa—¿Por qué precisamente hoy?
—Porque él está aquí.
—¿El rey?
—Sabes he pensado mucho en porque te eligió a ti en vez de a mí y llegue a una conclusión. Eres del tipo de mujer manipulable, lo que él quiere es tener a su reina sumisa y obediente para que haga lo que él desea ¿No lo crees?
—Puede que así sea ¿Pero porque habría de molestarme?— expuse sintiéndome objeto de sus reproches y aunque sabía que los merecía, en el fondo también tenía un poco de orgullo que rogaba por salir para defenderme— no estoy preparada para gobernar, si él puede quitar ese peso de mis hombros ¿No sería mejor para mí?
—Que tonta es al aceptar ser una reina de juguete ¿Acaso el rey endulzo su oído con falsas promesas de amor y un hermoso futuro juntos para que aceptara casarse con él?
—No— declaré—pero creo que estas juzgándome demasiado cuando eras tú la que estaba dispuesta a todo con tal de tener la corona. No eres muy diferente de mí.
—Entonces nuestros padres criaron a un par de arpías farsantes, pero créame cuando le digo que no me quedare con los brazos cruzados, pronto obtendré mi venganza—susurró cerca de mi oído, nadie a mi alrededor pareció notar su amenaza, ni siquiera los guardias que custodiaban la entrada del comedor, todo el mundo debía creer que tan solo era una casual conversación entre hermanas.
—Hermana— me aproxime a ella fingiendo darle un abrazo para poder acercarme a su oído—tienes mucho valor al amenazar a tu hermana menor ¿Olvidaras el cariño que me tienes para cumplir tu palabra?
—Por favor no me subestime—musitó severamente y alejo su cuerpo del mío. Si alguien se hubiese fijado minuciosamente en su comportamiento seguramente se hubieran dado cuenta de sus verdaderas intenciones y aunque habia algunas miradas sobre nosotras nadie nos conocía bien, nadie sospechaba nada de esa casi silenciosa conversación—algún día lo pagara muy caro. Su alteza
Sentí un beso en mi mejilla, nunca sentí unos labios tan dulces y al mismo tiempo ásperos, tal vez era su rencor el que se habia vuelto palpable.
En ese momento las puertas del comedor se abrieron y el rey hizo acto de presencia, iba acompañado de su consejero, el mismo hombre que nos había interrumpido. Gracias a eso nuestra discusión termino, Jane se alejó e hizo una reverencia y paso a mi lado con una sonrisa en sus labios. ¿Cómo fue que nuestra relación se había fracturado de esa forma?
ESTÁS LEYENDO
Amor De Cristal
Historical FictionEn edición Helena Hamilton es una chica tierna e inteligente. Sin embargo odia la vida social a la que esta sujeta por ser hija de un conde. Aprender a tocar instrumentos musicales, hablar otros idiomas, asistir a bailes es la tortura de cada día...