Se envió un ultimátum a todo el reino, estábamos en guerra por lo que era necesario la presencia de hombres jóvenes al frente de batalla que el ejército de cromenia ya había predispuesto en una región llamada Hofburg.
Después de recibir la autorización de los médicos reales, no dudo en reunir en su despacho a los generales y ministros de guerra que encabezarían la defensa. Debido a su herida debia abstenerse de pisar el campo de batalla, aun no se encontraba del todo bien como para arriesgarse, pero sabia que era solo cuestión de tiempo para que él se uniera a sus tropas.
Para el envio de información, se usaron cientos de mensajeros para que William estuviera al tanto de todo lo que acontecia, pero despues de la primera semana comenzaron a llegar los primeros heridos en batalla y también los primeros cuerpos que desgraciadamente habían perdido la vida gracias a unos cañones de alto impacto que fueron lanzados a las primeras líneas defensivas.
Mientras tanto, logre apoyar llevando materiales de curación a los hospitales donde se atendían a los heridos. Todas las personas que me recibieron se veían lamentables, no por su apariencia si no por el brillo de sus ojos, la guerra ya les habia quitado una parte de si y sospeche que solo era cuestión de tiempo y muertes para que todo el reino luciera de la misma forma.
Sabia que muchos hombres estaban muriendo sin piedad a manos del enemigo, muchos hombres que partieron con la frente en alto y con las esperanzas de defender no solo a su pueblo si no a sus propias familias, sabia que muchos de esos hombres ya no volverían tal cual partieron, sino que regresarian en cajones de madera sin poder terminar con esa absurda masacre sin sentido.
A menudo me estremecia al pensar en el futuro de esta guerra ¿Que ganaria cromenia cometiendo con todo esto? ¿Cuál era el propósito del zar?
William meditaba cada decisión, sabia que cualquier movimiento en falso podia ser un error fatal en batalla, muchas vidas podian perderse y lo que él pretendia era evitar a toda costa que se derramara mas sangre de la necesaria. En cuanto a la política, poco despues de que comenzó la guerra supimos que muchos que decian ser leales al rey, abandonaron inmediatamente sus puestos y huyeron hacías las regiones más alejadas de la capital, se decía que no confíaban en la capacidad del rey o de los ministros de guerra para enfrentar el terrible ejercito de Cromenia.
William se empeño en resguardarme en el palacio y en mis habitaciones porque los consejeros temian que los rebeldes lograran atacarme en obras de caridad o en mis visitas a los heridos. Mi unica tarea era observar por la ventana y escuchar los informes que la Condesa me ofrecia sobre la guerra y la ciudad, sobre cómo su familia o conocidos afrontaban la situación. Sus primeros informes confirmaban que los miembros de la corte que deseaban huir se les estaba negando marcharse con sus riquezas por orden de Willian, porque si deseaban huir antes debian dejar atrás sus riquezas y sus más valiosas posiciones, pues en la guerra lo que más se necesitaba era financiamiento.
El palacio y el Parlamento, eran por poco pueblos fantasmas, el personal se redujo a la mitad por el miedo que generaba la guerra, habían bastantes rumores sobre el avance del enemigo y aunque la mayoría de ellos eran falsos, la gente, en su ignorancia creyó en lo que quería creer y también se marcharon a casas de familiares en el campo. El campo parecía ser una mejor opción que las grandes ciudades.
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Amor De Cristal
Historical FictionEn edición Helena Hamilton es una chica tierna e inteligente. Sin embargo odia la vida social a la que esta sujeta por ser hija de un conde. Aprender a tocar instrumentos musicales, hablar otros idiomas, asistir a bailes es la tortura de cada día...