La cicatriz

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Hemione salió de la biblioteca indignada por esa venganza de Draco. Pero vamos, ¿de verdad piensa que va a salir impune ante eso? Para Hermione, era un chiste.

-Te arrepentirás huroncito...

Caminaba hasta la torre de Gryffindor. Se paro ante la señora gorda, que la miró con una sonrisa.

–¡Mimbulus mimbletonia!

El cuadro se abrió y dentro vio a Ron, George, Fred y a Lee Jordan celebraban algo.

–Eeehh hola chicos–vio botellas de cerveza de mantequilla en la mesa–¿Que... se celebra?

–Se celebra

–Querida Greanger.

–Que nuestro hermano

–Aquí presente–Fred señaló a Ron que tenía la cabeza arriba de orgullo.

–Es el nuevo guardián del equipo de Quiddich.

–¿Enserio?

–¿Y esa sorpresa? –Ron parecía dolido.

–Enhorabuena Ron–Le dedico una sonrisa y se dirigió al sofá para leer, dejando que los chicos siguieran su fiesta.

Pasó un rato de voces y cánticos, hasta que un rechinar llamó la atención de Hermione.

La puerta de la sala se abrió.

—¡Ah, eres tú, Harry! Qué bien que hayan elegido a Ron, ¿verdad? —dijo con cara de sueño.

Harry se dirigió al sofá y se sentó al lado de Hermione.

—Genial —comentó Harry, distraído; si no se lo contaba a alguien pronto, estallaría—Oye, Hermione, estaba en el despacho de Umbridge y me ha tocado el brazo...
Hermione lo escuchó atentamente. Cuando su amigo terminó el relato, le preguntó, hablando despacio:

—¿Temes que Quien-tú-sabes esté controlándola como controlaba a Quirrell?

—Bueno —contestó Harry, bajando la voz—, es una posibilidad, ¿no?

—Supongo que sí —respondió Hermione, aunque no parecía convencida—. Pero no creo
que pueda poseerla como a Quirrell. No sé, ahora está vivito y coleando, ¿no es así?, tiene su
propio cuerpo y no necesita compartir el de otra persona. Supongo que podría haberle echado
una maldición Imperius, desde luego... —Harry se quedó un momento mirando cómo Fred,
George y Lee Jordan hacían malabarismos con unas botellas de cerveza de mantequilla vacías.

Entonces Hermione añadió—: Pero el año pasado te dolía la cicatriz sin que nadie te tocara y Dumbledore dijo que eso tenía que ver con lo que Quien-tú-sabes sentía en aquel momento,
¿verdad? O sea, que lo que te ocurre ahora quizá no tenga nada que ver con la profesora Umbridge. Quizá no sea más que una casualidad que ocurriera mientras estabas con ella.

—Es cruel —se limitó a decir Harry—. Y retorcida.

—Es horrible, eso es verdad, pero..., Harry, creo que deberías contarle a Dumbledore que te ha dolido la cicatriz.

Era la segunda vez en dos días que le aconsejaban que fuera a ver a Dumbledore, y la respuesta que le dio a Hermione fue la misma que le había dado a Ron.

—No quiero molestarlo con tonterías. Como ya has dicho, no tiene tanta importancia. Me ha dolido todo el verano, y esta noche quizá me haya dolido un poco más, sólo eso...

—Harry, estoy segura de que a Dumbledore no le importaría que lo molestaras por una cosa así...

—Sí —explotó Harry sin poder contenerse—, eso es lo único que a Dumbledore le importa de mí, mi cicatriz.

•|Será nuestro secreto|• (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora