•|Será nuestro secreto|• (Dramione)

La guardia de la noche

Hermione había parado a Draco no porque siguiera enfadada, si no por el hecho de que Umbridge estaba sospechando sobre el ejército de Dumbeldore y como les pillara no podría imaginarse las represalias.

Cuando llegó la tarde, convocó a todo el mundo en la sala de los Menesteres para comunicárselo.

–Bien, chicos calma. Tenemos algo importante que deciros y que no pinta bien.–Harry no podía ocultar su tono de preocupación.

–¿Qué pasa Harry?–Neville estaba nervioso.

–Hermione...–Harry le dio paso.

–Umbridge ha reclutado a los prefectos para que por las noches hagamos guardias. Sospecha de que hay un grupo estudiantil ilegal, osea nosotros, y va a intentar descubrirnos a toda costa.

–Pero nadie puede entrar aquí salvo nosotros ¿No?

–Si eso es verdad–todos empezaron a gritar y a hablar entre ellos.

–Eso no es del todo cierto–una voz fina y calmada llamó la atención de todos, haciendo que se callasen– La sala de los Menesteres está aquí para guardar las necesidades de los que habitan en Hogwarts, y en si, la sala existe solo que no podemos verla.

–¿A donde quieres llegar Luna?–Ron lo miraba interesado.

–Lo que digo es que esto es una habitación como todas, solo que está escondida. Solo faltaría que supieran donde esta situada para lanzar un hechizo y abrir la puerta a la fuerza.

–Eso no es del todo cierto Luna–Hermione interrumpió y todas las miradas fueron hacia ella–es cierto que esto es una sala como cualquiera y con un hechizo puedes abrirla, pero lo bueno es que se va moviendo continuamente. Estás veces no se ha movido porque nosotros no hemos querido, pero si nuestra necesidad es esa lo hará.

–¡Qué gran idea!

–¿Pero y si la guardia nos ve?–Giny seguí inquieta.

–Yo puedo cubriros algunos días, puesto que yo también haré guardia. Cuando vayáis a entrar yo estaré en la otra punta del castillo, y cuando os vayáis a ir igual. Pero otros días no y tenemos que ser cuidadosos. Estudiaré con cuidado el horario de los demás que hagan guardia y las zonas en las que deben de estar en x horas, entonces, saldremos justo cuando estén alejados de nosotros.

–Entonces decidido, solo practicaremos por las noches, siguiendo el horario que Hermione pueda darnos–Harry miro a todo el mundo juntando sus manos y mordiéndose en labio, demostrando así un gesto tanto de ilusión como de preocupación.

–Esta noche antes de que acabe la cena salios del gran comedor sin montar sospechas y entrad por dónde vais a salir ahora. Mi turno concluye a las tres de la mañana. A esa hora saldreis al lado de la sala común de Hufflepuf.

–Entendido–todos se quedaron con el horario de esa noche y salieron muy entusiasmados por poder aprender porfin a defenderse como es debido y no a prepararse únicamente para los T.I.M.O.

***

Esa misma noche, Hermione espero a Draco en la puerta del gran comedor cuando la cena terminó; esa noche les tocaba guardia.

Ella espero y esperó, no paraba de salir gente pero nunca era su chico.

Pasaron unos diez minutos y ya parecía que todo el mundo salía. No quedaba nadie en el pasillo pero porfin una melena rubia se dejó ver.

–Podrias haber tardado más–dijo Hermione molesta. Cruzo los brazos y miró con enfado a su serpiente.

Draco miro al suelo y dejó ver una media sonrisa un tanto burlona y provocativa.