Era ya el tercer año en Hogwarts. Hermione y Draco llevaban sin hablar desde la pelea en la biblioteca. Alguna que otra vez, sus miradas se cruzaban en la comida;pero solo era eso, solo miradas.
-Ey Hermione-saludo Harry risueño entrando al expreso.
-Buenos días Harry. ¿Tienes sueño no?- dijo divertida.
Hermione había crecido durante la vacaciones. Era mas alta, no mucho. Su figura cada vez se delineaba más. Su pelo ya no era tan alborotado como los últimos dos años.
Entraron al primer vagón que vieron vacío. Había una manta con lo que parecía un hombre debajo dormido. No hicieron ruido y se sentaron.
-¿Quien creéis que será?- preguntaba ron al sentarse .
-Es el profesor Remus Luppin.
-¿Por que siempre lo sabes todo?
-Lo he leído en su maleta idiota.
Estuvieron un rato hablando y riendo.
De repente, el tren se detuvo.
-¿Hemos llegado ya?-Preguntaba Ron.
-Todavia faltan horas para llegar. ¿Se habrá averiado?- respondía Hermione un poco preocupada.
Un frío se metió por el cuerpo de todos. Los cristales del tren se congelaron.
-Parece que alguien está subiendo al tren.
Al rato de Ron decir eso con tono asustadizo, una mano negra abrió el vagón donde se encontraban. Era una figura completamente negra, con una capa larga sin tocar el suelo. Se acercó a Harry y este se desmayó.
De la manta que parecía que cubría a un a persona, salió un hombre que apuntaba con su varita al ser negro.
-¡Especto patronum!-Grito el hombre misterioso.
De su varita salió un remolino azul de luz, que hacía como escudo para Harry. El ser se fue.
Pasado un rato, el tren comenzó a andar de nuevo.
-Soy vuestro nuevo profesor Luppin.Os daré clase de defensa contra las artes oscuras.
-¿Sabe que era esa cosa negra que ha entrado?- preguntaba un poco asustado Ron.
-Eran dementores. Protegen azkaban. Se ha escapado un preso, Sirius Black
-¿Y que hacía aquí?- se metía en la conversación Hermione.
-Revisaban el tren en busca de Black.
Siguieron hablando de quien era el, la relación que tenía con la familia de Harry y eso.
Llegaron a Hogwarts y fueron al gran comedor.
Al salir, Draco estaba en la pared apoyado hablando con su séquito.
-Ey Potter, ¿es cierto lo que dicen? ¿te desmayaste?- dijo riéndose con sus amigos.
-Harry vamos no merece la pena-decia Hermione fulminando con la mirada a Draco.
Al mirar a Draco se dio cuenta de lo que había cambiado. Había crecido, ahora era mucho más alto que ella. Tenía un cuerpo más musculoso y ya no peinaba su cabello tan repeinado, si no que ahora lo llevaba más suelto. Lo tenía largo y algunos mechones caían sobre su cara. Sus ojos seguían siendo tan hipnotizantes como siempre.
Esa misma tarde, fue a la biblioteca, a su parte de siempre. Cogió un libro pero se quedó pensando la discusión que tubo con Draco el año pasado.
—El, el chico de 'no hay normas para mi', no es capaz de desobedecer a su padre.—nego con la cabeza y se puso a leer.Mientras tanto, Draco estaba dando un paseo por los jardines del castillo. Admiraba el paisaje despreocupado, viendo los pájaros y las mariposas volando. Una peculiar mariposa, se paró en una rosa. El rubio la miro detenidamente, pues tenía las alas de un color miel, casi como el color de los ojos de Hermione.
—Hermione...—La recordó en el anden. Estaba un poco mas alta y sus ojos miel más llenos de brillo.Ya no tenía esa maraña de pelo, los rizos e caían más o menos ordenadamente por sus hombros. Estaba más delineada, y la piel parecía calida y suave—¿Pero en que pienso?—Nego un momento con la cabeza y espanto a la mariposa—no puedo pensar en ella—apreto los puños— no puedo cambiar por ella...
Pero Draco no quería admitir la verdad. Hermione le cambiaba, le hacía ser mejor persona, era una verdad que tarde o temprano debería de admitir.
Por amor las personas cambian...Pero claro, el aún no lo sabe...Se hacía tarde, ya era la hora de cenar.
Hermione no había conseguido leer mucho ya que cierto rubio había estado rondando su mente.
Draco acabo a las orillas del lago negro, haciéndose preguntas sobre Hermione.
—Si de verdad había cambiado, ¿Por que sería? ¿Por ella? ¿Pero por qué?
No podía torturarse mas con esas preguntas.
Los dos se dirigieron al comedor, no con muchas ganas de hablarse. Hermione llegó primero, sentándose al lado de Ron y enfrente de Harry. Ginny estaba al otro lado de Harry y sonrió ampliamente al verla.
—Hermione no te hemos visto...
—Biblioteca—respondio antes de que Harry pudiera acabar su frase.
—Que raro—Ron hablo con pollo en la boca.
Desde el sitio de Hermione se podía ver perfectamente la mesa de las serpientes. Echaba en falta una cabellera rubia.
—Madre mía, da igual donde esté ese creído—pensaba.Miraba a su plato negando con la cabeza—enserio no debe de importarme...—eso lo dijo entre dientes y se calló antes de seguir.
—¿Que murmurar Hermione?—Harry se agachó un poco para mirar a su amiga a los ojos.
Hermione subió la mirada corriendo.
—N-nada...
Las puertas del comedor se abrieron y un Slytherin entro. Sin miramientos se dirigió a su mesa, poniéndose justamente para ver claramente la mesa de los leones.
Allí estaba ella, mirándola un poco sonrojada. Sus miradas chocaron, haciendo que cada uno quedará por un momento hipnotizado.
Esa plata líquida de Malfoy, esa miel dulce de Granger.
Ese frío que despendria la serpiente. El calor que despendria la leona.
—Draqui, ¿Me estás escuchando?
La voz de Pansy hizo que Draco apartará la mirada y se centrará en ella.
—¿Que quieres Pansy?
—Decia, que es una vergüenza que el estúpido de Hagrid nos de la clase de animales.
—¿Ese salvaje nos dará clase? Mi padre se enterará de esto. No saldrá bien parado este año nuestro querido director—puso una sonrisa de malicia, que ponía los bellos de punta a cualquiera.
—Es solo una boba clase, no va a pasar nada—Nott miraba su trozo de patata.
—¡Los libros casi pueden matarte!— Pansy casi gritaba.
—Parkinson, como no te relajes y bajes el tono te aturdire.
Todos lo miraron. Sin duda ese era el Malfoy que conocían. Ese era el antes de ir a Hogwarts, antes de...Conocerla a ella.
—Vamos Pansy, ya has oído.
—Callate Zabini.
La cena término, con Pansy embobada mirando a Draco, como siempre.
—Pansy se te cae la baba—Goyle se reía al ver la cara de la pelinegra.
Pansy le dedico una mirada fulminante.
—Draqui¿que vas a hacer ahora?
—Dormir, tal vez.
Para subir las escaleras, se cruzó a Hermione con Ron y Harry. Subió en las mismas escaleras que ellos.
Harry vio al rubio y lo fulminó con la mirada, al igual que Ron. Draco les devolvió la mirada con un gesto de asco y superioridad.
—Estupido Malfoy, se cree el mejor.
Hermione escucho ese apellido y miro atrás, ahí estaba el, con su media sonrisa mirándola.
La castaña se sonrojo un poco, mirándolo a los ojos, pero en un instante, le dio la espalda.
Alomejor, si podía cambiar por ella...Al igual que ella por el.
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•|Será nuestro secreto|• (Dramione)
أدب الهواة•Draco Malfoy, sangre pura de la más antigua de las familias, el príncipe de Slytherin, se encariña con la sangre sucia, Hermione Granger, una verdadera Gryffindor, una leona que guarda...demasiadas sorpresas. No es solo que ella le cambia, ambos...