antes de que me separara de ella me tomo el extremo de la camisa. No vi en realidad hacia donde nos dirigíamos solo pedalee y pedalee ella no hablo ni un momento, solamente miraba hacia una sola dirección a su costado, observando las casas que se veían a los lados del camino, pedalee sin cansarme seguro porque ya había pedaleado con todas mis fuerzas varias veces, seguro por eso no me sentía cansado. El viento empezó a enfriarnos tanto que me detuve por el frio, voltee hacia Rachel y me abrazaba temblando de repente una densa niebla nos rodeo hasta desaparecer el camino y las pocas casa que se veían de hecho, me había dado cuenta de que ya no se veía ninguna casa o persona desde hace más o menos media hora de pedalear.
—Noah, donde estamos? — me pregunto no podía escuchar su voz claramente creo que estaba muerta de frio, debía hacer algo rápido.
Pedalee un poco mas hasta llegar a un pequeño pueblo pero era muy diferente al nuestro, este tenía muchas casas construidas, no recuerdo haber visto alguna dañada a lo largo del camino, la gente caminaba y nos seguía con la mirada, pero esta no era de confusión sino de rabia, como si no quisieran que nadie invadiera su pequeño pueblo.
—vámonos de aquí Noah— la voz de ella sonaba más clara pero parecía muy asustada, y como iba detrás, no sabía si alguien la estaba mirando como a mí, comprendo que estuviera asustada. Seguí el camino hasta que observe que no habían mas casas, sin embargo ya al final del pueblo podía ver un cartel de madera que indicaba hacia el camino de la derecha pero hacia allá no había nada o tal vez no lo veía, debía tomar una decisión ya empezaba a oscurecer y seria mucho riesgo tratar de regresar por el mismo camino de vuelta.
—oh no— pensé. Rachel estaba empezando a estornudar y toser, yo la observe mientras pensaba que debía hacer, y debía hacerlo rápido.
—Estoy bien— dijo secándose la cara parecía estar sudando, iba a pedalear hacia la dirección que ofrecía la flecha pero un señor que conducía un hermosos carruaje negro me detuvo.
—vas a algún lado hijo?— el misterioso hombre tenía mal aspecto pero supongo que no tenia mas opción.
—gracias por su atención Señor, podría decirme dónde estoy?— pregunte con cuidando especialmente mis palabras.
—Estas en la Villa, así se llama nuestro pueblo uno de los pocos reconstruidos después de la gran guerra, ahora ¿A dónde te diriges? — me pregunto calmando a los corceles que empezaban a inquietarse, debía actuar rápido.
—quisiera ir algún lugar en donde me pueda quedar y pasar la noche— Rachel soltó un estornudo después de que termine de responderle.
—Tal parece que tu novia ha pescado un resfriado— se rio un poco.
—tal parece que así es Señor, ¿conoce usted algún lugar? —.
—no te recomendaría ir a la mansión negra, está a la derecha pero si vas al pueblo llamado el Área, solo te quedara a dos horas digamos desde tu pequeña bici, en cambio desde aquí te quedara muy lejos, yo me dirijo a otro ligar pero esta a la derecha si quieres puedes venir y te enseñare— dijo ya con ganas de seguir.
—muchas gracias señor— lo seguí hasta llegar a un camino que tenia a lo largo de él una mansión muy grande, gigantesca podría decirse, era toda de color negro y parecía de hace trescientos años, era completamente negra.
—lo siento pero hasta aquí los puedo acompañar— nos dejo justo al inicio del camino pero supongo que no teníamos mas opción el cielo no estaba negro pero la luna ya se veía y el sol había empezado a descansar para salir la mañana siguiente, dimos las gracias y caminamos hasta la mansión, el viento soplaba cada vez mas fuerte a medida que nos acercábamos Rachel estornudaba cada vez mas y sentía que su cuerpo estaba empezando a calentarse más de lo normal.
—espero que no me de fiebre— me dijo con cara de preocupación.
—Solamente sería una molestia— ya llegando a la mansión terminaban los estornudos mientras que empezaba la tos y cada vez más fuerte. Al ya estar en la mansión abrí la puerta que no tenia candado, supongo que ya varias personas habían entrado lo que me preguntaba constantemente es que si así como entraron salieron, vivas. La mansión me daba muy mala vibra pero la gente de este pueblo da más temor que esta misma, al entrar se podían ver a los extremos de la casa dos escaleras que al final se conectaban una con la otra, la entrada era gigantesca, Rachel observaba con admiración.
—te gustaría vivir en un lugar así? — le pregunte ya soltándola.
—Me da miedo— solo pudo decir eso antes de que empezara a toser, decidí llevarla a una de las muchas habitaciones que tenia la casa, se acostó y durante el tiempo que me llevo en encender la chimenea y volverle a tocar la frente, la fiebre le había aumentado tres veces más que como estaba antes.
—voy a buscarte algo frio, debes haber hielo por aquí— pero no vi ninguna nevera
—no... te... caught!! — le costaba mucho respirar pero aun así no se rindió.
—no te... vallas— poco a poco se le cerraron los ojos, Rachel estaba muy mal y debíamos salir de allí lo antes posible, lo único que esperaba era que la noche pasara más rápido que su misma fiebre.
—Te conseguiré algo y volveré pronto, no te vayas a mover de aquí— así ella soltó mi camisa y fui lo más rápido que pude a la cocina, no había hielo pero el agua que salía de uno de los grifos estaba muy fría, tome una cacerola de plata y de las gavetas un pañuelo de cocina que estaba limpio, por lo menos eso podía ponerlo en su frente y cuello para bajarle la fiebre.
—Listo ya puedo...— alvoltearme observe un termómetro en la mesa de la cocina, no recuerdo haberlovisto allí, sino lo hubiese tomado desde el principio ya que la mesa era loprimero que se veía. De todas formas no le puse mucha atención, mientras mojabael pañuelo en el agua tome el termómetro y subí a la habitación de Rachel.
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La llamada del Reflejo ©
Horror✔Una Historia de Ariel Lampe. ✔Los Derechos de este libro son reservados y protegidos. ✔Una portada de @Jst1ne. ➤SIPNOSIS: La llamada del Reflejo trata de Noah, un joven campesino pobre que narra su propia y desgraciada y historia, que va cambiando...