CAPITULO 6

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—Rachel??!! — grite mientras subía las escaleras y allí los volví a encontrar, Rachel estaba en el piso, no había sangre pero parecía estar inconsciente. Camine hacia ellos con una furia extraña invadiendo mi cuerpo, uno corrió hacia mí y yo con el bate le choque la cabeza contra la pared, aplastándosela y ocasionando un mar de sangre, me detuve al ver que el otro tenía un cuchillo sobre el cuello de Rachel.

—Suéltala— le dije sujetando el bate con más fuerza.

—Antes tendrás que matarme—me dijo mientras se reía en voz baja y pasaba su rostro contra el cabello de Rachel.

Observe con cuidado un pequeño espacio entre los cabellos de Rachel, su mirada me guio hasta la mano que sujetaba el brazo de su atacante, concluí que al contar con los dedos hasta tres debía moverme, lo que esperaba era que ella también hiciera algo. Espere y vi su dedo índice, seguido por el dedo medio y repentinamente el dedo anular, al hacerlo saco la otra mano tomo el cuchillo del ladrón y se lo clavo en una, corrí con el bate en alto, ella intento escapar pero este le tomo del tobillo con la otra mano.

—TE MATARE!!!!!!! —-.

Ella ocultaba su mirada, yo la tenia fija en lo que acababa de hacer, corrí con todas mis fuerzas y le partí el cráneo con el bate, lo tenía todavía en su cabeza cuando levantó la vista, y de inmediato se alejo, yo tome el bate y acercándome puse mi mano gentilmente sobre su rostro.

—estas bien? — ella asintió, temblaba yo solté el bate, le di un abrazo y con mis manos le acaricie el pelo pero sentí que todavía temblaba, ella puso su cara sobre mi hombro y también me abrazo.

—Gracias— dijo repentinamente soltándome. —tienes la llave? — me pregunto mientras se acomodaba el pelo.

—Aquí la tengo— le dije sacándola de mi cuello. —que haremos con ella? — le pregunte.

—abriremos la ultima puerta, pero antes debo limpiar este desastre— se ato el pelo en un moño alto, y nos pusimos a recoger los cadáveres, yo los metí a los dos en una bolsa de basura y los tire del lado trasero de la montaña, donde imagine que algún animal salvaje los encontraría y los comería, mientras lo hacía, ella limpiaba con un trapo mojado la sangre en la pared.

—Bien ya es hora, pero debo hacerlo yo sola, hay muchas cosas que no sabes y lo mejor es que te vayas— me dijo deteniéndome para no abrir la puerta, pero yo tome su mano.

—si hay algo que yo no sepa, y que deba saber para abrir esa puerta, pues no te queda opción más que decirme, porque la única forma de que pases esa puerta sola será sobre mi cadáver, y eso te tomara mucho tiempo— ella me miro y se volteo hacia mí.

—y que me hace creer que pueda confiar en ti? —.

—no puedo obligarte pero ya me involucraste en esto, tendrás que confiar en mí— ella bajo la cabeza y la elevo con una sonrisa.

—pues creo que deberíamos, abrir la puerta mañana e ir a la panadería a contarte mi historia— me dijo sin soltar mi mano.

Nos dirigimos a la panadería que ya estaba por cerrar.

—se han tardado un siglo queridos!!! — nos dijo la señora Madison dándonos un beso y abrazo a los dos.

—Mama necesitamos un momento para hablar aquí— fue allí cuando me di cuenta de lo que había dicho, le había dicho mama, no recuerdo haberme sentido tan querido por una mujer, supongo que me sentía feliz en ese momento.

—Pues claro que si querido hijo!!! — dijo sirviéndonos un plato con diez panes y dos cremas de malta.

Primero comimos los panes y tortas que habíamos traído de la casa, de repente empezó a llover, los relámpagos emitían un muy fuerte sonido.

—Bien, entonces empezare a contarte mi historia— se agacho y sostuvo los brazos sobre sus piernas.

—no recuerdo mucho acerca de mi infancia pero recuerdo a mi papa, el era muy bueno conmigo, siempre me entendía, lo recuerdo bien para la edad que tengo, también recuerdo a mi mama, ella era la mujer más malvada que he conocido, recuerdo que ella fumaba y con el cigarro prendido me quemaba los brazos y las manos, discutía mucho con mi papa y yo los espiaba por medio de la cerradura de la puerta, eso sucedía muy a menudo y sentía que era mi culpa ya que el motivo de la discusión era que mi papa encontraba las quemaduras en mi cuerpo, desde ese momento decidí convertirme en una niña a quien no le doliera nada, mi papa me decía que yo había nacido con una inteligencia muy grande, y a veces experimentaba con objetos peligrosos, y eso también era motivo de discusión, una vez invente una fórmula que hacía que la ropa cambiara de color, y lo intente con un pedazo de tela vieja y funciono, quería mostrárselo a mi papa quien hablaba con mi mama pero antes de hacerlo me resbale y todo el liquido cayó sobre la ropa de mi mama, esta se descoloro completamente ocasionando una gran mancha blanca, ella se enfureció, tomo un martillo y trato de golpearme, pero mi padre se interpuso y lo golpeo en la cabeza, las dos miramos estupefactas, la cabeza de mi padre poco a poco se hundía en un charco de sangre, yo me moví sin decir nada y puse una vara de hierro sobre la chimenea, mi madre no me observaba solo miraba a mi padre, yo tome rápidamente una taza grande con agua muy fría busque el golpe en la cabeza de mi padre y empecé a limpiarla lentamente y luego pase a ponerle una venda, se encontraba inconsciente pero sabía que estaba bien, lo recosté sobre el sofá y tome la vara de hierro que ya estaba caliente y... pues empecé a quemar a mi mama por todo su cuerpo así como ella había hecho conmigo, se paro del piso gritando y empezó a correr, yo seguía caminando, entro al sótano donde teníamos un calentador que servía así como una chimenea, yo la seguí y cerré la puerta para que no saliera, estaba furiosa, triste, desesperada y angustiada, pero mi cara reflejaba una sola expresión, la seguía con la vara en mis manos, ella se escondió en un rincón imaginando que no la encontraría pero la sorprendí justo detrás, afincando la vara en su espalda, pude ver como la piel se carbonaba y pasaba a ser carne roja, grito y corrió hacia el calentador que tenia la puerta abierta, yo que estaba de frente camine lentamente hacia ella, recuerdo que gritaba.

—aléjate!!! Aléjate de mi pequeño demonio!!! — lo gritaba una y otra vez yo por mi parte y ya muy cerca solté la vara y le dije.

—Te quiero mami— dije acercándome.

—Te quiero matar —de inmediato la empuje hacia el calentador, pude ver como se quemaba todo su cuerpo.

Cerré el calentador y subí a ver a mi papa, no estaba del todo bien, creo que su mente se había dañado, había quedado como un niño, decía que no sabía escribir y hacia cosas peligrosas como tratar de suicidarse inconscientemente, yo me encargue de él hasta que fue anunciada la gran guerra, yo estaba abajo en el sofá, mi papa no había bajado, me asuste y subí despacio la escalinata de madera y fue cuando vi por la cerradura que los pies se balanceaban por el aire, y al entrar lo vi colgado de una bufanda que había amarrado a un clavo en el techo.

No supe qué hacer solo me fui de esa casa y nunca más la volví a ver, me quede en la calle por unos días y fue allí cuando me encontró en señor Ronald, el era un científico y ofreció llevarme a su mansión, dijo que tenía muchos dulces para darme, el tenia una especie de tabla en la espalda, se la desguindo y de repente esta se transformo en una cesta, me llevo allí hasta llegar a la mansión, fue un largo camino y a cada lado podía ver personas, niños abuelos todos abandonados, no los quise ver, me metí más en la cesta y me dormí hasta llegar, desde ese momento nos quedamos en la casa todo el tiempo mientras pasaba la gran guerra, hasta que el señor Ronald decidió contarme su secreto...

El señor Ronald trabajodurante mucho tiempo con las cosas del estado y por eso le pagaban mucho dineroy el todo lo almaceno, en una especie de caja fuerte, y la única llave quepuede abrirla es esta, el iba a decirme donde se encontraba esa puerta, perohubo algunos que lo sabían y traicionaron su confianza, un día el me dijo queme escondiera y yo lo hice, escuche que tumbaron la puerta lo capturaron loamarraron en una silla en la cocina, yo baje del cuarto y miraba discretamentey luego allí lo... torturaron, lo vi muy claramente, le preguntaban dónde estabael dinero pero el se negó, primero le cortaron los dedos de las manos, y antesde morir pues, le sacaron los ojos, pude ver como gritaba de dolor y su cabezase fue inclinando hasta que no se movió, yo salí a la cocina y ellos me vieron,no se veían asustados, me dijeron si sabía algo del dinero y dije que no,quisieron hacerme daño pero yo saque de mi bolsillo una botella que contenía unliquido acido que te derretía la piel, rápidamente se lo lance al primero, tomesu cuchillo y apuñale al otro cinco veces desesperadamente, al caer sobre elsuelo me concentre en el otro quien gritaba de dolor y con el cuchillo le cortela garganta...

La llamada del Reflejo ©Where stories live. Discover now