CAPITULO 11

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Me desperté primero que Rachel y Sera pero no dure mucho sino hasta que este se despertó.

—buenos días mi amigo, saldré rápido a buscar comida para estar fuerte, si me disculpas— inclino un poco su cabeza y se perdió entre los rincones, un par de minutos después se despertó ella, de quien estaba enamorado, la observaba mientras se estiraba débilmente y al mirarme le sonreí, ella se acerco y le di un pedazo de pastel.

—Gracias— dijo sonriendo hacia abajo y con su mano echó para atrás de su oreja el cabello, al voltear a mirarme me acerque rápidamente y la bese, ella con su mano sostuvo delicadamente mi rostro.

—veo que se han encariñado mucho— nos sorprendió Sera, los dos soltamos pequeñas sonrisas. Después de rápidos minutos de preparación nos alistamos para salir de este mundo, el sol estaba su máximo esplendor, eso estaría de nuestro lado ya que si alguna bestia se escondía al salir podríamos ver su sombra, llegamos a un puente donde veíamos las tres estructuras que desde un ángulo más cercano parecían ser solo las chimeneas de una gigante maquinaria.

—pero allí está el espejo? — pregunto ella, yo no sabía que responderle, pero Sera se ocupo de eso.

—No, allí es donde solo la bestia construye sus secuaces hacia allá esta la casa que contiene el espejo— Sera observaba hacia un pueblo igual a donde despertamos, tal vez sea la misma casa, miramos todos las chimeneas al estas brotar desde su interior humo negro, tal vez diciendo que está preparando mas creaturas para asustarnos, nos dirigimos con pasos rápidos a la casa y entramos por fin en ella, el pasillo estaba más largo de cómo lo recordaba, Sera mostro los colmillos y eso nos dio señal de alerta, Rachel saco su lanza y yo pues mi bate, caminamos lentamente hasta llegar a la cocina, pero la bestia nos sorprendió en la sala de estar.

—porque no vienen a acompañarme? — era ella, la señora Madison, no podía creerlo, ¿era ella la bestia?, nos estaba sonriendo pero al ver a Sera borro la sonrisa. —¡no quiero esa plaga en mi casa! — Sera rápidamente subió enrollándose a la pierna de Rachel.

—el es un amigo— dijo con mucha seriedad. —Déjanos salir de aquí— dicho esto, expreso una sonrisa muy grande y horrible en si rostro los dientes parecían haberse afilado diez veces y eran muy grandes, abrió mucho los ojos y enarco las cejas.

—jamás se irán...— si, ella era la bestia, se hizo más grande su estatura, de los lados de su cintura y piernas salían patas negras y grandes de araña, ella continuaba con su sonrisa, de pronto sin mover su cuerpo volteo solo la cabeza, dio una vuelta completa mientras se oían ruidos de huesos quebrándose.

—DE AQUÍ!!— en ese momento corrió hacia nosotros, yo seguí a la cocina para distraerla mientras que Rachel fue a la puerta pero al abrirla, solo encontró la destrucción del mundo que la bestia había creado, se iba deteriorando poco a poco, la bestia me acorralaba en la cocina pero Rachel tumbo la puerta resonando en cada rincón de la casa, la bestia volteo con su gran sonrisa y la miro, ella se asomaba a la cocina y se quedo perpleja, me miro y salió corriendo al cuarto de arriba la bestia la seguía por las escaleras y al llegar arriba Rachel saco su lanza y colocándose sobre la barandilla trato de enterrársela en la cabeza pero esta era muy dura, parecía estar hecha de metal la bestia alzo sus patas para atraparla pero Sera se desenvolvió y las sostuvo, Rachel con todas sus fuerzas se la clavo más fuerte y mas y mas hasta que con un enorme grito dio la ultima clavada, la lanza se enterró fuertemente en su cabeza, sus ojos voltearon a manos lados y se desprendieron de su rostro quedando ciega.

—AH!!, niña tramposa!!!! — gritaba mientras Rachel se deslizaba por la barandilla, yo la atrape y la bestia volteo con los orificios de su rostro goteando sangre y enarcando su sonrisa hacia abajo, reflejando una expresión de rabia, bajo de un tiro rápido las escaleras Rachel y Sera corrieron detrás de mi yo espere a que estuviera muy cerca y con mi bate choque su cabeza contra la pared, eso nos dio tiempo de ir a la sala donde estaba el espejo, corriendo lo abrimos Sera entro primero y luego yo pero al ella entrar la bestia la tomo por el tobillo.

—Noah ayúdame!!! — yo voltee rápidamente y la tome de los brazos la halaba pero parecía no funcionar, con el bate golpeaba las patas de la bestia y estas al chocar entre sí echaron chispa que prendió en fuego el bate, al verlo le lance el bate a la cabeza de la bestia, su cabeza parecía una antorcha gigante pero aun así no quería soltar el tobillo de Rachel, sentí un cosquilleo sobre mi espalda, era Sera se deslizo sobre mi y abriendo la boca mordió la cara de la bestia pero eso costo que volviera adentro del espejo, la bestia soltó a Rachel y el fuego que consumía su cuerpo empezaba a rosear el cuerpo de Sera Rachel se puso detrás de mí, no cerrábamos todavía el espejo esperando que Sera se pudiera liberar, si entrabamos al espejo seria un nuevo riesgo pero no queríamos perderlo, pero luego...

—Sera!!! — grito ella al ver que el fuego ya consumía todo su cuerpo, Rachel corrió hacia el espejo pero yo la detuve, nos quedamos perplejos al ver que la bestia tomando ya el cuerpo débil de la serpiente metió la cabeza en su boca y se la arranco de un mordisco, el grito que emitió la chica horrorizada debió llegar hasta la panadería del real señor Baker se puso de rodillas y yo sin desperdiciar tiempo cerré el espejo. Lo único que se podía oír era el silencio que abundaba entre nosotros, los sollozos de Rachel eran silenciosos pero podía oírlos, vi su tobillo tenia la marca de las manos de la bestia pero creo que ese no era el motivo por el cual sus lagrimas rondaban por sus mejillas, me senté al lado de ella y puse su cabeza sobre mi hombro y después de un rato se calmo un poco, no quería presionarla con lo de los tres cofres que guardábamos, ya que todavía nos faltaban tres llaves que los abrieran.

—Deberíamos, deberíamos abrir los cofres— me dijo secando las lágrimas que ya habían dejado de brotar.

—Pero no tenemos llave y además son tres— dije sacando los cofres y poniéndolos delante de nosotros.

—creo que se dónde buscar, pero antes destruyamos ese espejo— Rachel camino hacia él y de un empujón el espejo se rompió, cogimos una escoba vieja de un rincón y barrimos cada pedazo de cristal y lo metimos en una bolsa, ella tomo la bolsa y yo los cofres, salimos de ese cuarto y volteando cerramos la puerta.

La llamada del Reflejo ©Where stories live. Discover now