CAPITULO 7

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—lo único que hice después de de eso, fue llorar arrodillada frente al señor Ronald, y decirle lo mucho que lo sentía, tome finalmente los cuerpos de los ladrones y los incinere, y bueno al señor Ronald lo incinere también pero después de un largo proceso las convertí en una sola semilla y ahora es el sauce más grande del bosque, así pues siempre estará conmigo—.

—ese es el resto de la historia ¿te gusto? — me dijo poniendo la espalda derecha.

—me sorprende tu valentía— le dije sacudiéndome un poco.

—pues ya es hora de dormir no crees? —.

No había notado el tiempo que había pasado, y tampoco podía creer que ya estaba amaneciendo.

—creo que se nos paso la hora, desayunemos y salgamos a abrir esa puerta—. Tome unos panes de la bandeja, los comimos y salimos a la casa, al llegar fuimos hasta la puerta y la abrimos, dentro del cuarto no había más que un espejo, no sabíamos que pasaba, me puse muy nervioso al oír que Rachel por alguna razón lloraba en silencio

—No hay nada— dijo con el rostro hacia abajo. —mataron a mi papa, por nada— en ese momento aumento el llanto y lo podía oír desde done estaba, con mucha valentía, camine y me puse en frente de ella y la abrasé, aumento mucho mas el llanto pero me hacia feliz el saber que se podía desahogar conmigo. Ella detuvo su llanto, y se aparto un poco de mí, yo con mi mano le aparte del rostro lleno de lagrimas, los hermosos risos castaños que ocultaban sus ojos, el momento, desvió la mirada y puso atención a otra cosa.

—que, que es eso? — yo al voltear vi que era una especie de piedra brillante, eso me hizo tener una idea.

—tal vez tu padre nos estuvo engañando a todos, el dijo que tenía dinero, pero tal vez quiso decir otra cosa, pudo tener muchos objetos de valor o tal vez joyas, no solo específicamente dinero— al decir esto, nos acercamos a la piedra y recordé que era igual a las joyas que le había dado al señor Baker.

—Esto, es una joya— dije mirando hacia ella.

—pero, donde podríamos buscar? — en ese momento, los dos miramos al espejo y nos acercamos, no sé porque tenía el presentimiento de que podíamos entrar en él. Nos miramos los dos y decidí empujar un poco el cristal, y este se abrió como una puerta, no nos sorprendimos pero mirábamos con curiosidad, delante del espejo estaba, el mismo salón donde nos encontrábamos pero estaba oscuro y se podía ver que la puerta estaba abierta y mas allá había una luz, voltee hacia atrás y me dispuse a pasar, ella tomo mi mano y me siguió, al entrar la puerta se volvió a cerrar, al girar la mirada vimos que era el mismo espejo, todo era lo mismo, salimos del cuarto y bajamos a la cocina, la casa se veía hermosa, todo estaba como nuevo, en la cocina estaba la señora Madison.

—queridos! ¿Qué no les dije que no se tardaran? Vamos! Llamen a todos ya es la hora de comer— dijo mientras sacaba del horno un pastel que se veía delicioso. Rachel me sujeto del brazo, y pregunto.

—quienes?— en ese momento entro a la cocina...

—muchacho!! Mi hijo!! Qué bien te ves, te has tardado mucho— era él, el señor Baker, estaba aquí conmigo, no tendría que separarme de él nunca más, estaríamos todos juntos, de pronto me llene de una alegría indescriptible.

—señor Baker? Señor Baker!!! — avance hacia él y le di un fuerte abrazo, una figura extraña miraba a Rachel desde el pasillo que iba hacia los dormitorios, ella la sintió pero al voltear no vio a nadie, eso la hizo dudar un poco, luego de eso recordé que este era un mundo extraño, y a pesar de que todos eran iguales no sé porque seguía teniendo un mal presentimiento. Me aleje lentamente de ellos y volví con Rachel, ella me volvió a sujetar el brazo y me susurro.

—Vámonos...— pero antes de terminar oí una voz, para mí no era familiar pero creo que para ella sí lo era.

—Rachel eres tú? Rachel!! — cuando salió del pasillo lo vi, era un hombre medio alto, un anciano como el señor Baker, llevaba una bata blanca y lo demás era solo negro. Ella quería llorar e ir a abrazarlo pero no sé porque solo se quedo allí parada donde estaba.

—bueno ya estamos todos aquí, a cenar!!! — fuimos al comedor y nos sentamos uno al lado de otro mientras que el señor Baker se sentaba a mi lado el señor Ronald al lado de Rachel.

—no puedo creer cuanto has crecido, la última vez que te vi eras más pequeña— dijo mientras le acariciaba el pelo y me apretaba fuerte la mano.

—y donde has...?— Rachel fue otra vez interrumpida por la señora Madison.

—bueno a comer!!! — dijo poniendo un pastel de chocolate y fresa sobre la mesa, lo pico en trozos y los repartió, ni Rachel ni yo comimos, pero luego empezamos a notar que algo andaba mal, ellos nos miraban los ojos parecían brillarles los tres pares eran completamente negros, en ese momento los dos rápidamente empezamos a comernos el pedazo de pastel hasta terminarlo.

—les gusto queridos? — pregunto recogiendo los platos y los dos asentimos.

—quieren más? —.

—No gracias— respondió Rachel.

—Noah, querido porque no llevas a Rachel a dar un paseo? La noche esta hermosa hoy— pero yo no respondí.

—Si Noah quiero dar un paseo contigo— dijo Rachel tan desesperadamente que pareció que su vida dependía solo de eso.

Yo asentí y los dos nos levantamos de la silla despacio, al salir de la casa pudimos ver que el bosque era hermoso, y tenía arboles llenos de hojas color rosa, yo los observaba y Rachel me halo del brazo y nos ocultamos detrás de un árbol.

—Noah tenemos que salir de aquí— me dijo desesperadamente. —no podemos quedarnos, algo anda mal muy mal.

—pero yo... el señor Baker—.

—no lo digo por el, lo digo por el señor Ronald, el está muerto!!, quiere decir que esto no es real— me dijo sosteniendo mis dos brazos.

De repente escuchamos el sonido de algo que se arrastraba sobre las hojas, era una serpiente, tenia colores oscuros como el beige, negro y marrón, se acercaba hacia nosotros y elevo la mitad de su cuerpo, era la serpiente más grande que había visto, nos quedamos quietos pues no sabíamos si era peligrosa, volteo su cabeza y vio la luna, nosotros la imitamos lentamente hasta que...

—he estado aquí por un tiempo— dijo la serpiente. —y pensé que nunca vendrías, Rachel— y fijo la vista en ella.

La llamada del Reflejo ©Where stories live. Discover now