CAPITULO 24

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—ALELUYA!!!!! ESTO NO PUEDE SER!!!!! QUE BUENO!!!!! — mi madre descontrolada abrazo a Rachel mientras que mi padre hacia lo mismo, estaba realmente feliz.

—que bueno queridos!!!! Bueno entonces a disfrutar de esta deliciosa cena— así mismo comimos mientras hablábamos de cómo iba a ser la boda, en el centro de la ciudad según mi madre había una iglesia y tal vez allí podía ser nuestra fiesta. Aunque Rachel y yo pensábamos hacer algo sencillo, mi madre quería que todo el mundo se enterase de que nosotros nos íbamos a casar y allí mismo después de cenar saco un papel y se puso a escribir infinidades de nombres, creo que eran la lista de invitados. Mi padre solo pensaba en tener nietos él hablaba con Rachel y le proponía varios nombres como Alfredo, Enrique, Antonio, Abraham, Jeremías y otros que ni yo puedo recordar, al fin todos nos fuimos a dormir sin esperar lo que paso al día siguiente.

Todos nos levantamos y mientras Rachel hacia el desayuno yo fui a recoger el periódico, no la había visto así que fui a la cocina y la salude con un beso, me puse muy feliz al ver que traía puesto el anillo eso me hizo ver que ya estábamos oficialmente casados.

—Noah, feliz cumpleaños!!!!! — Rachel me sorprendió con un pastel en sus manos ¿Cómo no lo había visto antes? Tal vez porque estaba de espaldas antes de saludarla, esa era la primera vez que alguien me deseaba feliz cumpleaños y de paso me regalaba un pastel, estaba a punto de decirle algo hasta que llegaron mis padres.

—QUERIDO!!!!!!!!!!! Ya oficialmente tienes 19!!!!! Me siento tan orgullosa!!!!!!! — mi madre fue a abrazarme y mi padre después hizo lo mismo.

—Bueno hijo— dijo mi padre —aquí tienes tu regalo de parte de nosotros, espero que te guste— mi padre puso en mis manos una cadena de plata y colgando de ella estaba un dije plateado rectangular de manera vertical, parecía uno de esos que contenían fotos dentro de sí, así que decidí abrirlo. Dentro de el, habían tres fotos a la derecha estaba un señor de muy buen físico, debía ser vieja ya que el color de la foto era en blanco y negro.

—papa.... ¿eres tú? — mi padre asintió con una gran sonrisa, no lo podía creer se veía excelente y pase a la otra foto, la del medio era Rachel se veía hermosa, solo un poco más joven de lo que se veía actualmente. La ultima foto era de una mujer muy bella, supuse que era mi madre, la foto también estaba en blanco y negro y no se parecía a ella.

—Mama, me sorprende que estés tan hermosa y no te hayas casado— el comentario no pareció haberle afectado tanto como creí que lo hiciera, tal vez nunca se quiso casar, o nunca se enamoro. Yo la pudiera en cierto modo entender ya que en un pueblo tan solitario y destruido por la guerra solo tiene gente loca o fuera de sí.

—Bueno queridos, desayunemos y comamos pastel— pensaba que ese era el fin pero estaba equivocado.

—esperen!!!! Yo también tengo un regalo para Noah— Rachel puso el pastel en la mesa y del bolsillo de su delantal saco una pequeña caja roja de tercio pelo que parecía tener algo adentro.

—Espero que te guste— pude ver un brillo de anhelo expresado en sus ojos, en verdad había puesto mucho esfuerzo en ello, abrí la caja y dentro de ella había un anillo plateado con unas hojas que parecían lanzas tallados en el, allí me di cuenta de que Rachel era la única que tenía un anillo de compromiso en cambio yo no.

—Rachel...— no me dejo terminar y tomando el anillo lo puso en mi dedo anular de la mano derecha, finalmente compartimos un beso. Después de celebrar a plena hora de la mañana mi padre descubrió una pequeña habitación con una gran caldera parecida a un horno gigante, allí mi madre supuso que podía hacer todas sus tartas y venderlas como antes.

—Señora Madison quisiera recoger frutas en el bosque, siempre quise hacerlo y mientras usted y Noah están trabajando para poner en pie la panadería quisiera ayudar— vi a Rachel salir con una canasta mientras bajaba un estante con la ayuda de mi madre y la vi perderse en la niebla, al principio sentí que debía ir con ella pero recordé que no podía dejar a mis padres solos en la casa así que simplemente decidí pensar que volvería pronto.

Después de casi hora y media una señora toco a la puerta.

—Disculpe aquí no se encuentra mi esposo? — la mujer estaba embarazada pero su vientre no estaba tan grande todavía, las manos le temblaban al igual que todo su cuerpo.

—Disculpe señora pero quien es su esposo? — me atreví a preguntar.

—mi esposo era el dueño de un camión que llevaba mercancía a diferentes partes del país, pueblitos, valles, ciudades, pero siempre llegaba a tiempo. Nunca regreso a casa, algunos vecinos lo vieron por última vez aquí— eso me aterrorizo e inmediatamente pensé en Rachel, hace ya media hora que no la veo i ha regresado, pero para ir a buscarla debía librarme de la señora primero.

—disculpe señora pero desde que su esposo se fue no lo he visto hasta hoy, pero mi esposa acaba de desaparecer también así que creo que ella podría estar con él— la señora dispuso a contarme algo.

—aquí en la ciudad ha habido muchas historias acerca de bestias que se llevan a los niños o brujas, pero la que más ha sido cierta hasta ahora es la que se cuenta acerca del "vulturi" — su voz iba bajando poco a poco la intensidad.

—Vulturi? — pregunte acercándome.

—Así es, hace mucho tiempo cuando esta mansión costaba más de lo que cualquiera podía pagar, se mudo aquí una pareja de muy buenos recursos económicos, el señor y la señora Riders. Ellos no eran muy sociables que digamos, solo les importaba su dinero y nada más; nunca se supo si tuvieron hijos, así que nadie sabría a quien le dejarían la herencia. Como todo en la vida, poco a poco fueron quedando en la pobreza ya que todas sus empresas cerrando por la cercanía de la gran guerra; ya arruinados y sin poder pagar la casa, su esposa enloqueció y la última vez que se le vio fue en un viejo bar del que según algunos nunca salió...

La llamada del Reflejo ©Where stories live. Discover now