24. El pequeño Beibs

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Estado: California, Malibú. Hora: 2:16 a.m
09 de Marzo, 2014.

Omniscient.

Al terminar de tomar aquel exquisito baño; Bizzle y Kylie se recostaron en la cama de él mientras hablaban de temas improvisados, no importara lo que fuera, ambos siempre compartían su punto de vista respecto a lo que fuera.

—Tengo una pregunta que desde hace mucho tiempo he querido realizarte —Kylie se cubrió su cuerpo con el edredón y se volteó para observar al castaño quién fumaba un cigarrillo—. ¿Cómo iniciaste en este mundo?.

A Bizzle se le apagó la sonrisa tonta que tenía en el rostro y centró su mirada en la pelinegra esperando que ella tan solo estuviera bromeando con la estupida pregunta.

—¿Perdón?.

—¿Qué cómo iniciaste en este mundo, Justin? —volvió a repetir mientras le quitaba el cigarillo a él para fumar algo, el castaño hizo una mueca y se incorporó.

—No me vengas con mierda ahora, Kylie —respondió de mala gana—. Ya suficiente te he complacido, cómo para ahora tener que complacerte con respuestas las cuáles no te importan en lo absoluto.

Concluyó, se puso en pie y caminó hasta el baño donde se encerró dejando a la pelinegra totalmente confundida por su actitud.

—¡Ja! Luego dicen que soy yo la regluda —exclamó ella mientras se acomodaba en su lado para poder dormir a gusto.

No pasó mucho tiempo cuando finalmente Bizzle salió del baño y justo en ese momento su celular sonó, la llamada entrante por parte de Caitlin lo confundió por completo pero sin más decidió contestar.

—¿Qué? —el tono rasposo de su voz resonó a través de la línea, cambió el teléfono al lado derecho mientras lo apoyaba entre su hombro y su oreja, para poder encender un puro.

—J-Justin...

La voz entrecortada por parte de ella lo puso alerta.

—¿Caitlin, que pasa?

—El club, acaba de ser detonado —soltó ella entre sollozos, el castaño sintió cómo la ira comenzaba a comerlo vivo y aplasto el puro contra el cenicero.

—No —gruñó, aquel color miel de sus ojos que le caracterizaba, desapareció en cuestión de segundos—. No, mierda. Eso no puede ser.

—¡Por un carajo! Es mucha suerte que nosotros estemos bien.

—Nena, escúchame —dijo mientras se dirigía al armario—. Necesito que se trasladen a base 7, ahora mismo.

Ambos intercambiaron un par de palabras más y luego él terminó la llamada. Justin tomó dos de sus armas y comenzó cargarlas, la pelinegra se removió incómoda en la espaciosa cama al escuchar tanto ruido.

—Colócate esto, tenemos que salir —Bizzle lanzó un suéter color rojo a la cama, ella frunció el ceño pero sin más hizo caso—. Y no quiero una sola puta palabra durante el trayecto, ¿me has escuchado?

Bajaron a la primera planta donde una camioneta Cadillac les estaba esperando, Justin subió a la parte del copiloto y lanzó una de las armas en los asientos traseros de la camioneta al lado de Kylie, quién ya se estaba comenzando a asustar.

—Yo necesito que me expliquen una jodida cosa, Joe —bramó el castaño una vez que se pusieron en camino— ¿¡CÓMO COÑO SE LES FUE A PASAR REDOBLAR LA SEGURIDAD EN LOS CLUBES!?

Explotó, tomando por sorpresa a la pelinegra y al pelirrojo que conducía. En la cabeza de Justin, él ya se encontraba haciendo un ataque soviético a cada uno de los inútiles que eran parte de los anillos de seguridad y no habían hecho nada.

Bizzle Gang » +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora