26. Nunca me lleves de regreso

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Estado: Ontario, Stratford.
Fecha: 13 de Marzo, 2001.

La obscuridad del lugar me deja algo desconcertado y conforme avanzo me acerco hasta cierta claridad, al entrar en ella noto que el día se ve espantoso y finalmente caigo en la realidad de donde es que me encuentro, estoy en mi país natal, en mi hogar. Comienza a caer la noche en la provincia de Ontario y con ella el frío se profundiza por lo cuál me abrazo a mi mismo. Logro divisar a un pequeño rubio, probablemente de ocho años de edad, comienzo a seguirle de cerca y entonces comprendo la escena; el rubio se dirigía a su casa luego de un largo día de escuela, algo confundido porque a sus dos mejores amigos los habían sacado de la tercera clase del día pero por otra parte muy contento por un grandioso trabajo que había realizado y que posteriormente su profesora lo había felicitado por su gran desempeño.

Al pasar frente a la casa con aquel singular tono verde noto que las luces se encontraban apagadas, y observo la reacción de mi versión pequeña.

"De seguro han salido a cenar cómo normalmente hacen los miércoles". Repito las palabras que dije años atrás al ver la obscuridad en los distintos sectores de la casa de mis mejores amigos, avanzo un par de metros más y acabo mi trayecto, me acerco a la ventana y veo a mi versión pequeña subir el par de escalones que lo separaban de la puerta de casa y cuando está dispuesto a abrir escucha algo, más bien; escuchamos algo que nos deja sin aliento.

"¡Jeremy, no por favor, Justin está por llegar!". El grito desesperado de mamá resuena en mis oídos y me llena de horror nuevamente, luego de haber comprendido que mis padres no estaban jugando cómo yo solía hacerlo con mi balón de fútbol, mi pequeña versión había tratado de ignorar aquellos sucesos. Un fuerte sonido me trae de regreso a la realidad, luego un profundo silencio se hace presente siendo este el detonante para que el pequeño rubio ingrese a casa seguido de mi.

Caminó detrás de él  hasta llegar a la cocina, y el corazón se me cae a los pies, el rubio y yo observamos a mamá en el suelo mientras llora amargamente.

"¿Mami?". El niño llama la atención de la castaña quién trata de cubrirse su mejilla aunque de nada sirviera ya que el golpe era bastante evidente, sin olvidar las cicatrices de sus brazos que mi padre le había provocado días atrás cuando reventó una botella de vidrio en ellos. La violencia doméstica ya era exagerada, pero ella simplemente no se permitía aceptarlo, mamá trataba de que la gente pensara que en su hogar abundaba el amor, sobre todo trataba de que mi persona no se percatara de aquellos episodios, ella jamás imaginó que yo entendiese todo eso a tan temprana edad...

Mi pequeña versión dejó besos en la frente de mamá mientras la abrazaba con mucha fuerza, quizás ese abrazo sanaría las heridas de su corazón, al menos eso creía años atrás. "¡Mira lo que hice hoy!".

Lo observo alejarse de mamá tan solo para acercarse a su mochila y sacar de ella una pequeña estructura de plastilina que había realizado en clase. Como olvidar esa jodida figura del demonio. La pequeña pieza consistía en tres personas, mi familia y sin olvidar a mi mascota. A Pattie se le llenan sus ojos de lagrimas, mi pequeña versión en ese entonces creía que su familia era feliz, la castaña lo atrajo a sus brazos y besó su mejilla.

"Es muy lindo. ¡Buen trabajo, mi amor!" Me felicita, pero aquella felicidad no duró mucho cuando el "padre de familia" ingresa a la habitación. Jeremy deja de beber de la botella de vodka y da una fuerte calada al puro de marihuana que sostenía con su mano derecha —el cuál luce exquisito por cierto— posteriormente soltó una carcajada y se acercó hasta donde se encontraban la castaña y el pequeño.

Bizzle Gang » +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora