Estado: California, Malibú. Hora: 11:54 a.m 19 de Enero, 2014.
Kylie.
La fría pero muy lujosa habitación provoca que cada vez me sienta más pequeña, tan solo hace unas horas estaba en la Universidad siendo una joven feliz y ahora literalmente estoy secuestrada por un jodido psicopata con delirios de ser la debilidad de todas las chicas, tremendo ególatra.
Camino por vigésima vez al rededor de la habitación y todo lo que he encontrado es: dinero, armas y algunos puros. Para este punto tratando de desviar mi atención ya se muchos de los nombres de las respectivas armas de fuego, también he contado algo de dinero qué probablemente jamás acabaría gastar yo misma. El estomago me vuelve a crujir y decido caminar hasta la puerta para pedir ayuda, simple y sencillamente es imposible que me deje sin comer.
—¿Hola, hay alguien ahí? Por favor contesten.
Lloriqueo y me deslizo por la puerta deseando estar en casa, al lado de mamá.
—¿Qué se le ofrece?.
Alguien toca la puerta y una voz masculina se escucha al otro lado, mi corazón da un brinco ante la felicidad y me pongo en pie.
—Tengo hambre y siento que pronto me desmayaré. Quién quiera que seas; ¿podrías darme un poco de pan y agua? no pido más —ruego desesperada más no obtengo respuesta, las lagrimas comienzan a descender de nuevo por mis mejillas y regreso al sofá, me siento y me hago un ovillo.
Pasan ciertos minutos y la puerta se abre cómo si de magia se tratara.
—Hola... Uhm Khalil me ha dicho que te trajera algo de comer —dice una chica que viste lencería sin pudor alguno—. Y más vale que lo comas todo, estás por desvanecer.
Me aconseja y me dedica una pequeña sonrisa.
—Muchas gracias, en verdad —digo sincera y ella asiente, da media vuelta y se retira. Camino hasta la bandeja que reposa sobre la mesa de vidrio, observo cautelosamente lo que parece ser un buen almuerzo y no dudo ni un segundo en devorarlo todo.
Al terminar de comer opto por tomar una ducha, rebusco entre los cajones del baño y consigo dos pequeñas botellas de champú, el baño puede ser comparado con el tamaño de mi casa. Aún no me cabe en la cabeza cómo un individuo puede vivir entre tanto lujo, me despojo de mi ropa e ingreso a la ducha y poco a poco comienzo a sentir que mis ojos pesan...
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Estado: California, Malibú. Hora: 20:03 a.m 19 de Enero, 2014.
Omniscient.
En aquella gran mansión abundaba considerablemente la preocupación, Justin había salido por la mañana a solucionar unos negocios con la mafia italiana pero lo qué jamás se espero fue la traición por parte de quiénes él les brindo el título de "socios". Las noticias llegaron a su mansión al igual qué el terror, todos conocían muy bien su temperamento, también sabían que solía ser algo bipolar pero lo que menos que querían era verle molesto, jamás de los jamases desearías conocer el enojo de Bizzle.
—¡Maldición! —exclamó Isaac—. Justin está por llegar y a lo que Za me ha comentado ha alcanzado un limite desconocido de enojo.
Anuncia y tanto los hombres cómo las mujeres que habitan la casa abren los ojos ante él horror que sienten y todos salen disparados a sus respectivas habitaciones. Dejando a quiénes pertenecen a su pandilla en el living sin saber que hacer, ya qué; Si subían a sus habitaciones la molestia por parte de su líder aumentaría a más del 100% y si se quedaban en el living sin saber que hacer probablemente alcanzaría el 250% de enojo, algo no precisamente bueno. Básicamente lo recomendable en este caso era ni siquiera inmutarse o más bien, ni siquiera respirar.
—Me preocupa la chica que está en su habitación... —habla Trey, y los demás asienten dándole toda la razón—. Por suerte Christian no está, porque si se interpusiera en su camino quizás habría doble asesinato.
Apunta nuevamente, el sonido por parte de una cuantas camionetas ponen alerta a la pandilla y el indistinguible rugido por parte del ferrari anuncia su llegada, todos se dedican una última mirada antes de que la puerta sea abierta de una manera brutal dejando ver a un Justin quién lanza cuchillos con su mirada a quién sea que le vuelva a ver.
Da grandes zancadas hasta llegar al living y habla.
—No quiero una sola palabra —gruñe mientras observa detenidamente a todos los que están allí, da media vuelta y comienza a subir las escaleras. Para suerte de todos no explotó y supo controlarse, o al menos eso creían ellos sin olvidar a la indefensa chica que estaba en su habitación.
El mismísimo infierno se abrió paso en la cabeza de Justin provocando que sus acciones fueran inconscientes, avanza por el pasillo y en cuanto llega a su habitación abre las puertas de par en par, entra sin cuidado alguno y cierra con pestillo. Cuando está apunto de mandar a llamar a una de sus tantas prostitutas recuerda a Kylie, quién se suponía debía estar esperándolo en su habitación.
Es entonces cuando el sonido de la ducha se cola por sus oídos provocando que su enojo aumente lo que no aumentó en cuanto llegó a su casa. ¿Pero quién se cree esa zorra al utilizar su baño?, observa detenidamente su habitación antes de dirigirse al baño y se percata de que algunas cosas no están en su lugar, aprieta su mano en un puño y abre la puerta del baño.
Se topa con la sorpresa de que Kylie duerme cómodamente sentada en una de las esquinas del baño y entonces cae en cuenta de que le dieron el somnífero qué el le indico temprano a uno de sus amigos. Recorre su cuerpo desnudo con la mirada obscura y no duda en tomarla en brazos para segundos después dejarla caer sin delicadeza alguna sobre su cama, sin importarle en lo más mínimo que la fuese a tomar allí y no en otra habitación.
Por la mañana, cuando recién se marchó pensó que quizá podría ser algo suave con ella ya que su virginidad se notaba a kilómetros y lo único que hacía falta para que cayera totalmente a sus pies era que conociera a un verdadero hombre y desde luego qué el lo era. Pero conforme el día transcurrió y luego de tan grande traición cualquier rastro de "amabilidad" en él se había esfumado, y no es que fuera el ser más tierno, amable o considerado del planeta, pero en ese caso lo hubiese intentado. Cuando venía de camino pasó a un prostíbulo, se folló a dos prostitutas y luego las mató por pura diversión.
Definitivamente lo que le esperaba a Kylie no era nada distinto, a excepción de que a diferencia de ellas, no acabaría muerta, solo quizás.
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