25. Tiempo de gimnasio con Bizzle

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Estado: California, Malibú.
16 de Agosto, 2016.

La tormenta eléctrica tenía a la prisión sin electricidad hacía un par de minutos, Kylie observaba atenta las gotas de lluvia trazar su trayecto por la ventana mientras se dividían y se unían hasta llegar al final de esta. Elevó su triste mirada nuevamente y siguió una gota en especial la cuál no se dividía, era fuerte, hasta que la misma se unió con otra y se hizo más grande, era justo cómo lo que Justin y ella tenían.

Presionó sus ojos con fuerza para no llorar y cayó en cuenta que aquella ventana no era la misma en la que ella se dedicaba a observar el amanecer luego de una noche con el castaño, ni mucho menos la misma por la cuál la tenue luz de la luna se colaba para acompañar aquellas noches de pasión. Esta ventana a diferencia de la otra se encontraba en una frívola habitación, mejor conocida cómo la enfermería.

Nena... —Jane, la doctora de la prisión captó su atención, con aquella palabra la cuál significaba mucho para ella—. Tengo los resultados, todo marcha bien pero me preocupa que hayas perdido tanto peso en menos de una semana. Debes alimentarte mejor.

—¿Cómo se supone que haga eso? No tengo apetito en lo absoluto, este lugar me enferma —escupió la pelinegra tratando de sonar dura, lo cuál no le funcionó ya que su voz se quebró—. Y por amor a lo que más quieras en este mundo..., no me vuelvas a llamar así.

—De acuerdo, Kylie —recalcó la rubia—. Eres fuerte, muy fuerte y pronto saldrás de esto, ya verás.

Aquellas palabras sonaron más cómo un mal chiste, logrando que Kylie soltara una risita mientras asentía pero se limitó a no responder más. La doctora le envió unos nutrientes especiales y posteriormente la dejó marcharse.

La pelinegra caminó por él desagradable pasillo hasta llegar a la habitación de declaraciones para proseguir con su relato. Al entrar se percató que el oficial Andrew ya se encontraba allí, tenía un cigarrillo entre sus labios mientras revisaba unos papeles del caso de ella.

—Andrew —saludó ella y posteriormente tomó asiento—. ¿Puedes darme un poco? Tan solo una calada, por favor.

Rogó, el pelinegro la observó de reojo pero negó.

—Eso está prohibido, lo siento Kylie —se encogió de hombros, ordenó los papeles que tenía en sus manos y los colocó sobre la mesa para que ella los observara—. Estos papeles dictan el día y la hora exactos del juicio final. Será el 09 de Septiembre al ser las 11:10 a.m. Para ese entonces toda tú declaración estará lista.

Nuevamente los ojos de ella se aguaron, finalmente sabría su futuro y ya no estaría más en horrendo lugar, al menos tenían que enviarla a una correccional de mujeres junto con sus amigas.

—Falta tan poco —susurró y comenzó a llorar, Andrew maldijo por lo bajo y se levantó de su asiento. Ella le impedía realizar su trabajo cómo debía, su seriedad y neutralidad se iban por la borda cuando rondaba cerca de él.

Él se acercó y la abrazó, cosa que nunca, jamás en la vida haría con una reclusa. Kylie hundió su rostro en el pecho de él en busca de calor, pero definitivamente ese calor nunca podría igualarse al de su amado.

¿Cuanto tiempo pasará para volverle a ver?, aquella pregunta rondaba en su cabeza, se estaba comenzando a volver loca.

—Ya no soporto más, me siento más agobiada con cada día que pasa. Quiero decir, no es muy lindo pasar tu cumpleaños en presión —vaciló y Andrew sonrió ante su particular sentido del humor en la situación en la que se encontraba—. Cómo sea, ¿podemos iniciar ya? Me gustaría tomar una siesta.

Andrew se reincorporó y le dedicó una sonrisa antes de regresar a su lugar. Tomó la grabadora y la encendió.

—Cinta de interrogación número catorce a la señorita Kylie Kristen Beadles al ser las once horas de la mañana del día dieciséis de Agosto del año 2016. El día de ayer finalizó la historia de la infancia del mafioso y criminal Justin Drew Bieber Mallette alias "Bizzle".

Bizzle Gang » +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora