Día 3

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No podía seguir en la cama, tenía que levantarme aunque no tuviera ninguna motivación para ello.
 Odio que en mi celular no estés más, no hay nada que pueda distraerme tanto. Eventualmente tu recuerdo me invade y duele. Es como si me faltara una parte, sí, es cliché... pero es lo que es, eras parte de mí y ya no estás.
Te envié un vídeo al WhatsApp (el bloqueo no duró mucho),  realmente no pude evitarlo... Ok, eso es absurdo, claro que podría haberlo evitado, pero quería que los vieras, mis hamsters son adorables, son lo más tierno del mundo, puedo verlos todo el tiempo y no me canso. Me dejaste el check azul, casi me alegre que lo hicieras, que me contestaras hubiese sido un desastre.
Mis lágrimas se secaron, pero es frustrante no poder llorar, solo unas cuántas lágrimas por la tarde. Por la noche vino la liberación, una cascada desde mis ojos, pero no te creas, esta vez no tienes el crédito. Mi serie favorita, esa serie que te empeñas en criticar, tuvo un capítulo muy tenso, algo que mi hipersensibilidad no pudo soportar.
Me pongo a pensar y sé que puedo estar sin ti, el problema es que aún no lo quiero y quizás nunca lo haga.

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