Día 60

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No sé cómo de hablar de política pasamos a hacer planes para que vinieras a mi casa, bueno, sí sé. Días atrás me dejaste muy "alterada", yo me resistí, pero me dejaste libre para provocarte en el momento en que quisiera, y yo escogí ese momento, fue muy sencillo. Estuve resistiendo a caer nuevamente en ese juego, pero es un placer que no puedo seguir negándome más. Me gusta gustarte, me gustas tanto.
Me dijiste que te gustaba una parte de mi cuerpo tanto como a mí me gustaba tu cuello, tú no tienes ni idea de que tan grande es mi obsesión por tu cuello, así que no, no es así, yo no creo que te guste tanto. Y entonces, de pronto dices que tu mamá se iría de viaje la próxima semana y que podrías venir a mi casa, "si tú quieres", agregaste para no quedar de lanzado, tonto, siempre voy a querer.
No fuimos específicos en lo que haríamos, eso está bien. Ya antes habíamos quedado en que vendrías a mi casa (planes que quedaron en el suelo por ciertas cosas inesperadas que haces), en esa ocasión sí fuimos bastante específicos, pero se sentía tan frío... no creo que deba ser así, lo que pase, solo pasará. Sin planes, sin premeditaciones, tú ya sabes lo que quiero, siempre lo sabes. Además, no sé si es estúpido o "romántico" pero me bastaría con tenerte cerca.
Igual dije que no te creía, a ti ya no te creo nada, "Esta vez es en serio" me dijiste, pero tú eres tú, tan inesperado, tan impredecible.
Tal vez solo te guste mi cuerpo, me rendí a esa realidad hace mucho, pero también me gustas bastante, así que puedo soportarlo. Te quiero, te quiero... te quiero tener.

Día 100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora