Día 54

5 2 0
                                    

Me hablaste, tan simple, tan normal... No soporté ni 5 minutos, "No podemos hablar, ya no somos amigos" te dije, y entonces huiste, huiste para no dar explicaciones, no quieres hacerlo.

Tengo una teoría que hasta hoy estaba apilada junto con las otras, algo más por lo cual no quieres hablarme ni explicarme, tú no vas a decirme, nunca voy a entender que prefieras guardarte las cosas en lugar de aclararlas ¿Es qué acaso olvidas cuántos malentendidos arreglamos solo porque te convencí de hablar?
Cuando empecé a escribir esto no pensé que pudieras llegar a leerlo, tampoco pensé que podría llegar tan lejos ni que me obsesionaría. Hay cosas que ni tú podrías entender, aunque deberías, pero siempre he tenido que explicarte tanto. Y hay mucho que aún estoy callando, queda bastante tiempo para escribir, pero definitivamente hay cosas que no voy a decir, puedo dejar algo al menos que sea solo de los dos.
Ahora siento que es probable que de algún u otro modo estés leyendo todo esto (aunque me hayas dicho que no). Cuando supe de esa posibilidad, cuando supe que sabias que escribo de ti, nunca se me ocurrió detenerme. Al fin encontré algo que amo más que a ti, sé que tal vez puedas odiarme, o quizás ya lo hagas, por cada cosa que revelo; sé que tal vez este rompiendo tu confianza, pero es que cuando empecé yo ya daba todo por perdido; sé que me dijiste que no debería escribir tantas cosas, aunque tú razón parecía bastante desinteresada, yo sé que si te interesa. No podría parar aunque me lo pidieras, si tengo que perderte que así sea, aunque nada de esto sería complicado si no ocultaras tantas cosas ¿Sabes que esto no es en tu contra, no? Yo no pretendo nada.
Aún quedan 46 días de tortura, y al final, de esta extraña amistad que mutó a algo inexistente, no quedará nada, solo polvo.

Día 100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora