Los puedo ver.

Capitulo 19

El irritante sonido del despertador me despierta de un profundo sueño, abro los ojos con pesadez y le pego un zarpazo al despertador para apagarlo.

Estiro los brazos hacia arriba mientras me pongo de puntillas.

-Buenos días Ted.

*Buenos días*

Abro la puerta y voy al cuarto de baño.

Nada mas salir me dirijo hacia las escaleras, cuando ya me faltan dos escalones, mi móvil suena, subo las escaleras a toda prisa y cojo el móvil que esta en la mesita de noche.
"Numero desconocido" leo en la pantalla, dudo unos segundos en si respondo o no, pero al final contesto.

-Si?

-Hola -al nanosegundo reconozco la voz de Hugo- solo quería saber a que hora vas a venir hoy.

-Emm... -me froto la frente con la mano - a las ... que hora es?

Oigo que suelta una suave y breve risa .

-Las 10:30.

-Ah pues ... -bostezo- a las 11 estoy ahí si te parece bien.

-Perfecto, hasta luego.

-Adi... - cuelga.

Miro la pantalla del móvil con el ceño fruncido, me ha colgado? imbécil.

Espera, un momento, como sabe mi numero de teléfono?

Seguro que se lo habrá dado mi madre.

Bajo las escaleras de dos en dos y voy a la cocina, cojo un baso y me lo lleno de leche fría, mientras me bebo el baso de leche noto que alguien me esta observando.

Dejo el baso en la encimera y  giro la cabeza hacia la izquierda.

Mierda, mierda, mierda... un maldito demonio, y estoy sola... mis padres se han ido a trabajar temprano.

Me quedo paralizada, mi hermano esta arriba durmiendo.

El demonio esta bloqueando la entrada de la cocina, y una amplia sonrisa invade su cara, no es Satán, pero de lo que si que estoy segura es que ese demonio no planea nada bueno.

Levita unos cuantos centímetros hacia mi, me pongo tensa y retrocedo unos pasos.

-No... vas ... a poder... escapar -su voz suena entrecortada y cansada, como si le hubiese costado mucha energía decir esas palabras.

Separo un poco las piernas y apreto pos puños, esto ya ha ido demasiado lejos entrando a mi casa.

Con la siniestra sonrisa aun en su cara levita mas cerca de mi, tan cerca que si estiro un brazo lo puedo tocar con las puntas de los dedos.

-Vas a venir conmigo pequeña escoria -su sonrisa se agranda, levita unos centímetros hacia arriba y se lanza sobre mi.

-Ni lo sueñes! - grito con todas mis fuerzas, estiro los brazos hacia el y una luz brillante y cegadora me hace cerrar los ojos.

Sin darme cuenta estoy recitando algo que en mi vida había escuchado y las palabras fluyen de mi boca como si me lo supiera de memoria.

La luz se vuelve mas fuerte, y así como de la nada, todo desaparece, la luz y el demonio.

Caigo al suelo agotada, aturdida... siento que en unos instantes me voy a desmayar o a dormir... no estoy segura.

...

Abro los ojos, lo primero que veo es el techo de mi habitación, porque estoy aquí? que hago en la cama?

Giro la cabeza hacia la derecha y veo a Hugo sentado en la silla de mi escritorio,  durmiendo... viste con unos vaqueros y una camisa de manga corta de color negro, su pelo rubio esta revuelto y eso le hace extremadamente irresistible y mas aun si esta durmiendo ... espera, espera... que estoy diciendo? Es un imbécil.