Narra Hugo
Al entrar al local la música revienta mis tímpanos, esta bastante oscuro, solo esta iluminada la sala por las constantes luces de colores que hay en el techo.
A la izquierda hay una barra con un montón de demonios sentados bebiendo y mirando a la pista de baila, posiblemente decidiendo a su víctima.
Nos dirigimos hacia la derecha, pasamos una puerta con una cortina que nos lleva a una sala mas tranquila, no suena tan fuerte la música aquí, y hay sofás de cuero negro y mesas redondas y pequeñas, hay demonios intentando embelesar a humanas, y por supuesto lo consiguen, mas al fondo hay un demonio y una humana besándose apasionadamente, y otra pareja mas a la derecha también haciendo lo mismo.
Cuando pasamos por delante de ellos, paran de conversar, besar o tocarse, para mirarnos, los humanos no nos prestan atención, para ellos somos unos humanos cualquiera, pero los demonios nos miran con los ojos entre abiertos y con la mirada fija, clavada en nosotros.
Al final de la sala hay otra puerta cerrada, es de madera y tiene una cerradura, el jefe del local saca una llave y la introduce en la cerradura, la abre y nos invita a pasar.
Nada mas encender la luz me doy cuenta de que es su despacho, en frente de mi hay una mesa de madera y acompañada de una silla de cuerno bastante cómoda, en la mesa hay papeles, un portátil y poco más, parece un despacho normal y corriente.
El demonio se sienta en su elegante silla de cuero, apoya sus codos en la mesa y entrelaza sus dedos, en frente de la mesa hay dos sillas forradas de tela azul oscura:
-Que se siente el que tenga que hablar.
Los ángeles me miran, yo trago saliva, camino hasta la silla decidido y el demonio me mira algo sorprendido, se nota que se esperaba a un ángel.
Miro hacia atrás en busca de ayuda, yo solo no puedo estar ahí sentado, Lucas me mira entendiendome, se acerca y se sienta a mi lado.
-Bueno empezad a hablar, soy todo oídos -dice el demonio.
-Veras... -empiezo, pero Lucas me corta.
-Primero quiero que hagamos un trato -el demonio le dedica una media sonrisa.
Lucas a sido listo, los demonios no tienen reglas ni normas, lo único que respetan son los tratos.
-Bien, y cual es tu trato? -pregunta el demonio interesado.
-Tu nos ayudas y no dices ni una palabra a nadie de lo que se diga en esta habitación, y nosotros a cambio te ofrecemos una espada angelical.
Le miro con desesperación a Lucas, ¿a que espada se refiere? ¿a la mía?
-Bueno, las espadas angelicales escasean en estos tiempos... me vendría bien otra espada angelical, pero de quien es la espada?
-Del chico -me mira.
El corazón me da un vuelco, no puedo dar esa espada, tiene un valor sentimental muy fuerte y es demasiado valiosa, su destino no es acabar en garras de un demonio para acabar transformándose en una espada demoniaca.
-¿Y como es que tu tienes una espada angelical?
-Es una espada de mi familia, a pasado por varias generaciones.
-¿Y como es eso? ¿tu familia mata ángeles? -arquea una ceja.
-No, mi familia mata demonios, yo soy un cazador de demonios -Digo con un toque de orgullo - y esa espada se la regalo a mi abuelo un ángel por ayudarle.
-Valla, valla, entonces no eres un simple un humano cualquiera... eres un cazador, quedan pocos muchacho, tienes que estar orgulloso de serlo.
-Lo estoy -Digo con firmeza.
-Y supongo que esa espada tiene que tener un valor sentimental para ti muy grande, ¿no es así? -El demonio parece que esta disfrutando de esta charla conmigo.
-Si... Pero si hay que dartela, te la daré -mi voz suena dura como el mármol.
-Vale, acepto el trato.
Por una parte estoy dolido porque tengo que entregar la espada de mi abuelo... pero por otra parte estoy contento porque este demonio nos va ayudar a encontrar a Esther.
-Bien, ahora que el trato esta echo, dile de que se trata -me dice Lucas.
-Te voy hablar de Esther, esta chica puede ver espíritus, pero tiene la capacidad de mandar a demonios en forma de espíritu a otra dimensión y... -el demonio me interrumpe levantándose de su silla.
-Ya se de quien habláis... las noticias corren como la pólvora entre los demonios poderosos.
-¿Y sabes donde esta Esther? -digo sin poder contener mi ansia por saber.
-Solo se que esta en la guarida secreta de Satán, y ahí solo saben llegar aparte de Satán, 3 demonios más, y yo no soy uno de ellos.
-¿Pero tu no eres poderoso? -dice Tobías detrás de mi.
-Lo soy, pero no tanto como para saber donde esta esa guarida, hay demonios mucho más poderosos que yo.
Respiro hondo.
-Y por casualidad, ¿no sabrás como esta ella?
-Solo se que es más poderosa de lo que pensáis, consiguió mandar a la otra dimensión a un demonio... pero lo curioso es que el demonio no estaba en forma de espíritu, sino de humano.
Todos nos quedamos asombrados, si puede hacer eso, es muchísimo más poderosa que su antepasado.
-Por favor, nos tienes que ayudar a encontrarla, ya sabemos que es una enemiga pero...
-Os ayudare -dice solamente.
Al ver nuestra sorpresa prosigue:
-Mirad, Satán quiere liberar a todos los demonios que están encerrados ahí, y esos demonios tendrán unas ganas impresionantes por destruir este mundo, muchos demonios y me incluido yo, ya nos hemos adaptado a este mundo, a esta forma de vida, no queremos que se destruya, así que si, os ayudare.
-¿Y por donde empezamos? -Dice Sofia.
-Por buscar a uno de los tres demonios poderosos que saben donde esta la guarida de Satán.
Narra Esther-¿Quien eres? -le pregunto a la espíritu.
-Soy alguien que te ayudara a salir de aquí -me dice sin perder la sonrisa.
Me acerco un poco más a ella, tiene algo familiar en su rostro, sus ojos son verdes, un verde que juraría haberlo visto antes.
-¿Sabes la forma de salir de este sitio? -digo cada vez más interesada.
-Si, llevo años vagando por este sitio y he tenido tiempo de observar cada movimiento de los demonios que hay aquí.
-¿Y ellos no se percatan de tu presencia? -digo mientras me siento a su lado.
-No, para ellos soy solo una simple e insignificante espíritu que vaga sin rumbo alguno. Muchos de ellos, no saben quien soy o porque estoy aquí.
-Entiendo ¿entonces tu sabes donde esta la salida no?
-Por supuesto -Sonríe.
-¿Y cuando me ayudaras a escapar de aquí? -noto como mis pulsaciones de aceleran.
-Pronto -mira de repente hacia la puerta - Ya están aquí ...
Al nanosegundo un demonio abre la puerta, miro a mi lado pero la espíritu ya no esta.
-Aquí tienes -el demonio deja la bandeja de comida en el suelo, como si fuera un perro.
Cierra la puerta y se va.
Me acerco a por la bandeja, hay otra vez sopa, un trozo de pan, una manzana y una botella de agua.
-Es lo que hay...-suspiro.
ESTÁS LEYENDO
Los puedo ver.
ParanormalNunca habéis pensado, aunque solo fuese por un día, poder ver "fantasmas"? Bueno, yo los puedo ver todos los días, a todas horas y en cualquier lugar y no es muy agradable. Desde hace unas cuantas semanas no solo puedo ver "fantasmas" si no algo más...