Miro hacia atrás y veo a mi tía aun en la puerta, mirando como me alejo.
Ya en la calle, me dirijo a casa de ese tal Javier.
Por el camino voy pensando donde puede estar Esther, pero la verdad, es que puede estar en cualquier sitio, he incluso fuera de este país, ya que Satán tiene escondrijos repartidos por todo, absolutamente todo el mundo.
Apretó el mentón, y cierro mis manos con fuerza.
-Joder... -refunfúño por lo bajo.
Alígero el paso, hasta creo que en ocasiones he echado a correr.
Por fin he llegado a la casa, estoy en frente de ella, se ve vieja y descuidada, la pintura amarilla de la fachada se cae a trozos y la madera de la puerta parece medio carcomida, hay dos macetas con escuálidas plantas a los lados de la puerta, la vuelvo a mirar de arriba abajo:
-Aquí viviera alguien? -digo en voz muy baja.
Después de unos segundos contemplando la puerta me decido a tocar.
No hay timbre así que golpeo tres veces con los nudillos y espero a que la abran, espero... espero... pero nadie abre, toco otra vez, vuelvo a esperar pero no hay respuesta.
Me doy la vuelta y me alejo de la casa mal diciendo por lo bajo.
-Eh, espera joven! -grita alguien.
Me giro y un abuelo de unos 70 años, bajito y regordete sale de la casa y viene hacia mi con un paso torpe y cojeando, pero firme y decidido.
Conforme se va acercando, puedo ver su cara bien, tiene mil arrugas y el pelo blanco como la nieve, tiene barba de unos 3 o 4 días y sus ojos son verde esmeralda.
-Perdón por no abrirte -coge aliento - pero es que estaba ocupado.
Como es mucho mas bajito que yo, le tengo que mirar con la cabeza medio agachada.
-No se preocupe -sonrió ligeramente.
-Bueno, que deseas de mi joven?
-Podemos entrar a su casa? no es un tema del que se pueda hablar en plena calle.
-Ya veo -mira la espada - ven, vamos adentro.
Narra Esther.-Despierta estúpida! -Grita la mujer alta y esbelta.
Doy un respingón y la miro fijamente, con odio, mucho odio.
-Buenas noticias - sonríe - te vamos a trasladar a otra habitación mas reconfortante.
Se acerca a mi con una venda negra en las manos y me tapa los ojos con ella, luego noto como me desata de la silla, por fin , mis muñecas lo agradecen, luego me pongo de pie y me susurra en el oído.
-Como intentes escapar durante el trayecto, lo vas a pagar.
La piel se me eriza y afirmo con la cabeza.
Me coge del brazo y me estira de el para que camine.
Damos unos 100 pasos y paramos, oigo como abren una puerta, camino otra vez y paramos de golpe.
-Esta es tu nueva habitación, no te vamos a atar esta vez, cuando oigas la puerta cerrar te quitas la venda.
-De acuerdo.
-Bien -me suelta del brazo - pues hasta muy pronto.
Oigo como la puerta se cierra y al nanosegundo me desato la venda para contemplar mi nueva habitación.
Las paredes están pintadas de azul grisáceo, hay una cama con sabanas blancas y una mesita de noche con una lampara y también una ventana muy pequeña con rejas que da al exterior, observo detenidamente y parece ser que estoy en un bosque, no hay casas ni nada por el estilo, solo arboles, arboles y mas arboles.
Me alejo de la ventana y un ligero olor a comida invade mis fosas nasales, hay comida en la mesa del escritorio, me acerco y miro lo que hay, un plato de sopa, un poco de pan y una botella de agua, es poco pero algo es algo, ya me estaba muriendo de hambre.
Me siento en la silla y empiezo a comer.
Luego de comer decido acostarme un rato, estoy muy cansada y me duele la espalda de estar tanto tiempo en esa maldita silla.
Narra Hugo.Ya dentro de su casa, la observo detenidamente, los muebles son antiguos pero no están dañados, la casa no tiene nada que ver con el aspecto exterior, todo esta ordenado, limpio y en su sitio.
-Sientate joven - me ofrece.
Me siento en le sofá y el anciano se sienta en el otra sofá que esta enfrente de mi.
-Bueno que quieres? - Me dice con amabilidad.
-Veras, necesitó encontrar un ángel dispuesto a ayudarme, es muy urgente.
El abuelo frunce en ceño y acaricia su barbilla.
-Conozco a un par que puede ser que con un poco de suerte te ayuden.
-Donde los puedo encontrar?
-Joven - sonrie - esa información tiene un precio.
-Lose -saco el anillo que me a dado mi tía y se lo doy.
-Bonito anillo -lo mira detenidamente y con calma - Bien, me sirve.
-Entonces donde los puedo encontrar? -Repito.
-El mas cerca vive a tres manzanas de aquí, en la calle Colon numero 20, el segundo vive en el pueblo de al lado, en la calle La reina numero 12 y el tercero vive también en el mismo pueblo que en el anterior, en la Avenida Alameda numero 54.
Acabo de apuntar el último numero en mi libreta y me levanto.
-Muchas gracias señor.
-No hay que darlas joven -Me dedica una sonrisa.
Salgo de esa casa y me dirijo a toda prisa hacia el primer ángel, esperó no tener que ir al otro pueblo.
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Los puedo ver.
ParanormalNunca habéis pensado, aunque solo fuese por un día, poder ver "fantasmas"? Bueno, yo los puedo ver todos los días, a todas horas y en cualquier lugar y no es muy agradable. Desde hace unas cuantas semanas no solo puedo ver "fantasmas" si no algo más...