Capitulo 21

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Intento una vez mas en vano deshacerme de las correas de cuero mediante estirones, pero solo consigo hacerme mas daño en las muñecas, que por cierto, ya están adoptando un tono rojizo.

Gotas de sudor caen de mi frente hasta mis rodillas, en este cuartucho hace mucha calor.

Inspecciono una vez mas la habitación, el suelo es de cemento y solo da luz una bombilla que la mantiene un cable que sale del techo, suspiro, y por primera vez en todo el tiempo que estoy aquí, pienso en mis padres, en Hugo...

Como voy a salir de esta?, y voy a ver al mismísimo Satán, y ya se de buen rato que de ese no me tengo que creer ni una sola palabra... solo me quiere para sacar a los miles de demonios que hay metidos en la otra dimensión y luego me matara como si nada.

-Maldita sea -maldigo en voz baja.

Echo la cabeza hacia atrás apoyandome en el respaldo de la silla, cierro los ojos y respiro hondo.

Narra Hugo.

Desde abajo escucho mi móvil sonar, alguien me esta llamando.

Subo a toda prisa las escaleras, entro a mi habitación pero cuando voy a cogerlo deja de sonar, miro de quien es la llamada "Madre de Esther", frunzo el ceño y la llamo, al segundo pitido contestan:

-Hola Hugo, soy la madre de Esther -su voz suena temblorosa como si estuviera apunto de echar a llorar.

-Que pasa? -Digo algo asustado.

-Sabes algo se Esther?

-No, no se nada, porque lo dices?

-No la encontramos por ningún sitio -hace una pequeña pausa y al instante se que esta llorando- hemos llamado a Silvia, su mejor amiga, y nos a dicho que hoy no a ido a clase, y teníamos la esperanza de que estuviera contigo entrenando.

Me quedo unos segundos sin reaccionar, y me temo lo peor... y eso solo tiene un nombre, Satán.

-Ahora mismo salgo a buscarla, no se preocupe, la encontrare.

-Gracias Hugo -dice entre sollozos- la policía también la esta buscando, pero no soy tonta, se que esta desaparición tiene algo que ver con su don.

-Lose, por eso tengo que ir a visitar algunos contactos, no se preocupe.

-Gracias de nuevo -dice mas relajada.

-No hay que darlas.

Cuelgo y voy directamente a la habitación donde están todos los objetos poseídos, nada mas entrar a la habitación corro hasta la mesa y la empujo hacia atrás para dejar ver una pequeña puerta en el suelo con 3 candados.

Ya abiertos los candados, abro la pequeña puerta, dentro de ella hay un estuche largo, como si fuera un estuche para guardar algún instrumento musical , como la trompeta o el clarinete, pero este estuche es plateado y con bonitas formas dibujadas en el.

Lo saco con cuidado y lo pongo encima de la mesa, lo abro  despacio y en su interior se encuentra una espada angelical que reposa sobre terciopelo rojo, es tan hermosa.

La empuñadura es también dorada con una perla azul incrustada en el mango.

Esta espada lleva 5 generaciones en mi familia, un ángel le regalo esta espada angelical a mi tatarabuelo por salvarle la vida y solo se usa para casos de vital importancia y este es uno de ellos, se manejarla bien, estoy entrenado para ello, pero los demonios son muchísimo más ágiles y rápidos que yo, así que necesito una persona con los mismos requisitos, por ejemplo, un ángel.

Vuelvo a dejar la espada en el estuche y voy hacia la cómoda, y de uno de los cajones saco una funda de espada de color marrón oscuro que tiene una correa negra de cuero atada en los dos extremos para llevarla sobre la espalda, me dirijo a la mesa, pongo la espada dentro de la funda y me la pongo en la espalda.

Guardo el estuche de la espada, dejo la mesa en su sitio y salgo de esa habitación en busca de mi tía Olivia.

-Tía! -grito desde mi habitación

A los pocos segundos mi tía contesta:

-Dime -grita ella también.

-Donde esta mi varita?

-Shh -dice subiendo las escaleras- esta en la habitación -señala la habitación del fondo- la guardo ahí, para que la quieres?

-Me voy, es decir, Esther a desaparecido y estoy seguro que Satán esta detrás de todo esto, y si no la encuentro yo, no la va encontrar nadie.

Mi tía frunce el ceño y me mira sin dejar de pestañear.

-No quiero que te pase nada... no quiero perderte como a tu madre.

-Tía, tengo que ir a buscarla, tendré todo el cuidado posible -suspiro- donde esta la varita, la necesito.

-Y por lo que veo también necesitas la espada angelical -me dedica una sonrisa triste -haces bien en llevártela.

Nos dirigimos hacia la habitación del fonda, abre la puerta con la llave y entramos.

-Retira ese armario y detrás de el hay una puerta.

Me quedo mirándola, nunca me habían dicho que había una puerta detrás de ese armario.

-Venga -prosigue- date prisa.

Retiro el armario, abro la puerta y veo con asombro todas las pócimas que hay perfectamente alineadas en una estantería, están dentro de frascos pequeños de cristal y hay de todos los colores, llevan una etiqueta con el nombre y detrás lo que produce esa pócima.

Mi madre era hechicera, al igual que mi abuela materna, con algunas de estas pócimas hacían mucho daño a los demonios, y si, tenia una barita, y con ella hacia magia, parece un poco absurdo, pero es cierto, yo aun soy un hechicero novato, es decir aun estoy aprendiendo los hechizos y pócimas del 2 libro de 4, pero todo defensa viene bien para esta "misión".

Cojo mi varita de madera de roble centenario, cierro la puerta y pongo otra vez en armario.

-Tía, necesito la ayuda de un ángel, sabes donde me puede ayudar alguno?

-Mmm... no conozco ningún ángel, pero se de un señor que si que puede darte alguna que otra pista para encontrar uno, vive en la otra punta de la ciudad, en la Calle Los Almendros numero 9, se llama Javier, pero no te dará esa información de gratis -se dirige hacia un joyero que tiene encima de una cómoda y coge algo, luego se dirige a mi y me dice:

-Ten -me pone el la mano un anillo de oro con una perla negra - es muy valioso.

Lo aferro a mi mano y me lo meto en el bolsillo del pantalón.

-Muchas gracias por todo -le doy un beso en la mejilla seguido de un fuerte abrazo.

-No me des las gracias cariño -dice con los ojos llorosos.

Salgo de la habitación y voy a la mía, cojo algunas cosas q me hacen falta, como dinero, el móvil, una mochila ... etcétera.

Cuando bajo mi tía esta en la puerta de la entrada, me dirijo a ella, le doy otro abrazo y me dice:

-Ten muchísimo cuidado.

-Lo tendré.

Abro la puerta y salgo en busca de Esther.
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Siento mucho haber tardado tanto en subir este capitulo, pero es verano y estoy casi todo el día por ahí y no tengo tiempo de escribir, pero os aseguro que hasta el final de la historia llegare, no me la voy a dejar sin terminar como algunos pensáis, bueno, y ya de paso daros las gracias a todos los/as lectores/as que han llegado hasta aquí, muchas gracias de verdad por leer mi historia.

Los puedo ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora