Capitulo 23

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Narra Hugo

Estoy enfrente de la casa del primer ángel, la fachada es de color azul turquesa, y de los balcones del segundo piso cae algunas tiras de plantas con flores de color violeta, la vuelvo a mirar, desprende mucha elegancia.

Dudo tan solo un momento en tocar a la puerta, estoy nervioso, en muy pocas ocasiones he tenido el honor de ver a un ángel, escasean mucho por esta zona y no suelen salir a la calle.

Respiro hondo y toco el timbre.

De repente escucho una voz que proviene del interior de la casa.

-Ya voy!

Abre la puerta un chico de unos 30 años, alto, esbelto, pelirrojo y con los ojos color café, viste con unos vaqueros y una camisa de color blanco por dentro del pantalón y las mangas por los codos.

Me mira de arriba abajo y se fija en mi espada, vuelve a mirarme de arriba abajo pero no dice nada.

-Que-queria preguntarle algo -tartamudeo nervioso.

-Adelante.

Estaba serio y parecía no agradarle mi presencia.

-Me podrías ayudar? Es un asunto muy importante-El ángel me mira como si ya se lo hubieran preguntado miles de veces.

-De que se trata?-Dice con poco entusiasmo.

Miro hacia arriba y hacia abajo para asegurarme de que no hubiera nadie por la calle.

-Mejor entra -Me dice apartándose de la puerta para cederme el paso.

Ya dentro, miro con curiosidad y atención, me hace un gesto para que le siga y nos dirigimos hasta lo que parece ser un despacho.

Hay un montón de estanterías llenas de libros y hasta pergaminos.

El ángel se sienta en el sillón de cuero negro del escritorio y me hace un gesto para que me siente en la silla de enfrente.

-Bueno, de que se trata?

-Veras para que lo entienda tengo que empezar desde el principio y es una historia un poco larga -Respiro hondo y me acomodo en la silla color azul - Mi amiga Esther, es especial, es decir, ve espíritus -El ángel levanta una ceja y cruza sus brazos sobre el escritorio - y aparte puede... tiene... mmm ella es capaz de abrir y cerrar la dimensión donde están miles de demonios encerrados.

La cara del ángel se desfigura, parece no poder creerselo, y una sonrisa de alegría se ilumina en su rostros dejando ver por primera vez su resplandor.

-Entonces, aun hay esperanzas para los ángeles -se levanta de un salto - tengo que decírselo al consejo Angelical, ellos tienen que saber de su existencia...

-Espera, hay algo más que debes saber -El ángel me mira - ella esta en problemas, creo que la tiene secuestrada el mismísimo Satán...

El ángel me mira horrorizado.

-Seguro que ese mal nacido la quiere para que deje libre a los miles de millones de demonios que están atrapados en la otra dimensión.

-Exacto, por eso necesito tu ayuda, yo solo no puedo encontrarala...

-Nosotros solos no podemos hacer mucho... -se rasca la barbilla- necesitamos mas ángeles dispuestos a ayudar.

-El señor que me a ayudado a encontrarte me a dado dos direcciones mas, podemos ir y ver si nos ayudan.

-Vale, cojo un par de cosas y nos vamos. 
Narra Esther

Sentada en la cama miro fijamente la puerta... mis ojos se llenan de lágrimas, me levantó de un salto, voy hacia la puerta y empiezo a pegar golpes.

-Dejarme salir cabrones! -grito con todas mis fuerzas mientras corren lágrimas entre mis mejillas.

Nadie contesta, apoyo la espalda en la puerta y me dejo caer hacia abajo hasta que me quedo sentada en el suelo envuelta como un ovillo.

De repente escucho pasos que vienen hacia la habitación, me levanto y corro hasta sentarme en la cama.

Abren la puerta despacio, y detrás de ella se encuentra Satán con una sonrisa de oreja a oreja.

Los puedo ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora