Los puedo ver.

Capitulo 11

Cuando ya consigo estar un poco más tranquila me seco las mejillas húmedas con las manos.

-Estas mejor? - Me dice el chico.

-Si...

Sigo en la cama tumbada, con la cabeza apoyada en el cabezal, y el esta en la silla del escritorio sentado y mirándome preocupado.

-Una cosa que no me a quedado clara... -Hago una pequeña pausa - como sabias que estaba recitando una oración para Satán? Por lo que tengo entendido, las oraciones están en una lengua muy extraña, sabes esa lengua?

El me mira fijamente, creo que le a incomodado un poco las preguntas que le acabo de hacer.

-Veras... -Dice por fin - Me interesa desde mucho todo lo satánico, leyendas sobre demonios, su aspecto, rezos hacia seres del inframundo, pero no me se esa lengua extraña de la que tu hablas, estabas rezando en perfecto castellano.

-Eres satánico?

-No soy satánico, no le rezo a Satán ni nada de esas cosas, simplemente me llama la atención este tema y me gusta informarme sobre ello.

-Aun no me a queda claro porque estoy en tu habitación -Le digo levantando una ceja.

-Te lo diré, pero ahora soy yo el que hace las preguntas.

Asiento con la cabeza, esto se pone interesante.

-Pregunta -Hago un gesto de indiferencia con los hombros.

-Porque te dicen "la chica que habla sola"?

-Mmm... porque hablo sola - Le digo con un tono de pregunta.

-Sabes, yo te he visto un par de veces hablando "sola", pero... no estabas hablando contigo misma como quieres que creamos, estabas hablando con alguien.

- A que te refieres con ese "alguien"?

-Fantasmas.

-Venga va, no seas paranoico -Le digo algo nerviosa.

-No me engañes, más gente del instituto piensa como yo, además ese rezo que has echo a Satán... -Se rasca la nuca - no sé, tengo pruebas suficientes para pensar que puedes verlos.

-Yo me voy de aquí, no tengo porque soportar a gente como tu.

Me levanto de la cama, ya puedo tenerme en pie, me dirijo hacia la puerta de la habitación pero el se pone en medio sujetando la puerta con una mano.

-Dejame salir -Le digo mirándole fijamente.

-No, quiero que me digas la verdad.

Aprieto mi puño derecho y sale disparado hacia su cara, pero el lo esquiva y me coge de la muñeca.

-Sueltame! -Le digo mientras libero mi muñeca de su mano.

Me doy por vencida y me siento otra vez en la cama, el deja de sujetar la puerta con la mano, se pone de espaldas a ella y me mira esperando a que hable.

-Si que puedo ver fantas... bueno yo les digo espíritus, y también puedo escucharles.

El se separa unos pasos de la puerta y me dice:

-Tan difícil era decírmelo?

-Es que este tema no es un tema al que se lo valla contando a todo el maldito planeta! -Le digo enfadada - Y más te vale no contar ni media palabra a nadie o atente a las consecuencias.

-Me estas amenazando? -Me dice con un tono divertido.

-No, solo te estoy advirtiendo-Le digo muy seria.