Cap.32

1.6K 139 18
                                    


Camila P.V.O

La cabeza no dejaba de darme vueltas con todo lo sucedido anteriormente, no podía pensar con claridad, ni siquiera tenía la mas mínima idea de si todo era real. Pero si sabía algo con certeza: todo había sido un engaño. Aquello era lo único que me estaba sofocando de la peor manera, todo lo que habíamos pasado juntas era un chiste de mal gusto. Quizás solo fue una ilusión que ambas creamos, una ilusión que nos llevo a creer que estábamos enamoradas. Ni siquiera sabía si esto en realidad me estaba pasando. Me sentí tan estúpida de volver a estar en los mismos días pasados, donde la tristeza, el coraje, rabia, enfado y dolor reinaban mis días.

Levante la mirada a la habitación desordenada y apagada, donde solamente parecía querer ahogarme. Mi vista se fijo en la cama, a las mismas sabanas y almohadas donde ella había estado hace un par de días. Me incorporé para luego quedar de pié en esa vacía y silenciosa habitación. Un nudo hizo acto de presencia en mi estómago cuando todos los momento que había tenido con ella se plantaron en mi mente de la manera mas dolorosa. Todas las veces en las que habíamos visto películas, las cuales terminaban en noches de demostración amorosa, las veces que desperté junto a ella en mi cama, aquellos apreciados momentos que aguardaban en esta habitación. No quería que nadie arruinará cinco años de casadas, no valía la pena arriesgar el maravilloso matrimonio, claramente no iba a dejar a una esposa de cinco años por una maldita y estúpida amante de la cual le hizo creer que igual correspondía a sus sentimientos, por eso, mejor querer solucionar las cosas antes de arruinarse más. No podía entender, no podía asimilar. Todo se había sentido de una manera tan única y muy real al estar con ella, aunque hubiera cometido el error de mantener una no relación durante un largo tiempo, un error del cual aún no me arrepentía.

Apreté mi mandíbula al sentir mis ojos arder, no me dejaría llorar nuevamente, sabía que después no pararía. Ninguna lágrima cayó. Me sentía una completa estúpida, había dejado que jugaran conmigo de tal manera que ahora no podía reaccionar. Sentí como aquel dolor de cabeza se transformaba en irritación al saber los pensamientos que ahora estaba teniendo, con ella, no había dejado que nadie rompiera las barreras que había creado hasta ahora. Me burle de mi misma. Estúpida __________. Estúpida Dallas y su estúpido juego. ¿Como es que deje que alguien jugara así conmigo? ¿como me ciegue tanto? ¿como carajos permití que esto me arruinara? Diablos. Se suponía que solamente la había seducido para tener ocupadas mis noches de maravilloso sexo, era yo quién me había planeado tener a _________ Dallas a mi merced, pero da igual quién eres y que planeas cuando del amor se trata, el amor te jode seas quién seas.

Tomé la botella de Whiskey que se encontraba a la orilla de la cama, tome directamente de la botella y apreté mi puño cuando sentí el líquido quemar. Sacudí mi cabeza y aspire profundamente aire, coloque el envase ahora vacío en su lugar mientras que aceptaba la idea de no pensar en _________ Dallas....... Por lo menos, esta noche no. Así que caminé hasta mi baño y me dispuse a tomar una larga ducha. Agradecí el contactó del agua fría con mi piel, cualquier cosa en este momento me servía. Medía hora después busqué en mi guardarropa lo mejor que encontré, me coloqué las finas y delicadas prendas ante el espejo. Un atuendo informal que para nada llamaría la atención de la fastidiosa prensa que se encontraban fuera de mi casa, unos jeans negros rotos y una chaqueta bomber verde opacó.

Una hora mas tardé estaba en uno de los clubes privados del amigo de Roger, cercas de mi casa. El aire estaba cargado de olor a cigarrillo y marihuana, se sentía la presión del calor que desprendían los cuerpos agitados que bailaban animados en medió de las luces neón. Apreté con fuerza la copa intentando alejar cualquier pensamiento sobre ella.

Coloqué algunos dólares en la barra y el barman asintió para luego irse, minutos después me había traído una botella de tequila.

— Vaya sorpresa verte nuevamente, Camila — la voz gruesa de un hombre se hizo presente.

The Best Deception (Camila Cabello Y Tu).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora