La Jauría

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[CARLOS]

Hacía una mañana fría, de algún modo desperté antes que Adeline, la miré durmiendo y esbocé una sonrisa tranquila, me llenaba de calma mirarla de nuevo, los eventos que pasamos juntos me hicieron sentirla muy cercana a mi en poco tiempo, mientras buscaba que comer me encontré con la caja que me había dado Nadia, me dispuse a abrirla y obtuve una agradable sorpresa, eran tres hornillos militares, una caja de cerillos y unas cuantas pastillas de combustible, en un video de Internet vi como usar esas cosas, de igual modo, preferí guardarlo para después ya que ahora mismo no era necesario calentar o cocinar algo, solo tomé agua embotellada y vegetales enlatados, abrí la lata con mi cuchillo y me acerqué a despertar a Adeline.

—Oh... buenos días tu— Dijo ella al despertar se miraba somnolienta y desvelada.

—¿Qué pasa? ¿No dormiste?— Dije algo extrañado ya que según lo que había visto durmió lo mismo que yo.

—Ay... en la noche me desperté y no podía dormir— Contestó mientras se frotaba los ojos.

Estábamos empezando a comer, de repente entró por la puerta mi hermano y junto a él venía Eddie, entonces dejé mi comida por un momento mientras ellos se sentaron en la cama y hablaron.

—Hermano, algunos del Cañón nos iremos hoy, y yo me iré con ellos, solo vine a despedirme, no podemos dejar desprotegido el pueblo— Me dijo Jesús.

—Esta bien, cuídate hermano, yo desearía irme para estar tranquilo, pero Luz de Otoño es mi pueblo y creo que puedo ayudar bastante aquí, dile a Sam que saldremos después— Mi hermano asintió con la cabeza.

—Si, así que bueno yo también me iré, Adeline— Añadió Eddie, a lo que Adeline solo contestó mostrando el dedo medio mientras tomaba agua, haciendo un gran contraste a mi relación con mi hermano.

Ellos se fueron y durante la tarde otros miembros del Cañón se fueron con ellos, se llevaron a los capturados y nos dejaron listo un comunicador nuevo para emergencias ya que en el último ataque perdimos el comunicador de la señora Kate en la cabaña, en cuanto todos se recuperaran debíamos movernos de nuevo, ya que la residencial donde estábamos estaba muy expuesta, además habían cerca algunos lugares donde se asentaban muchos mutantes.

Pasados ya tres días, Nadia y la señora Kate anunció que nos moveríamos en los próximos días, así que debíamos empezar a prepararnos, durante estas últimas noches a mis ultimas horas de velada eh alcanzado a percibir que no muy lejos de aquí hay ladridos, por lo que creo que cerca de aquí hay un grupo o tal vez sea solo un perro encerrado, pero es extraño que no se escuche durante el día, le comenté a Adeline y ella me dijo que cerca de aquí había un hospital veterinario así que podrían provenir de ahí, si nos es posible, me gustaría visitar el lugar en cuanto nos movilicemos, es probable que lo haga debido a que una vez regresé con Luz de Otoño, la señora Kate y Nadia me dieron de nuevo mi puesto en la élite.

[EDDIE]

En cuanto partimos de aquel residencial en el que se quedarían nuestros aliados sentí que tal vez debí quedarme, que tal vez ellos necesitarían más ayuda de la que les hemos ofrecido, sin embargo, ya era tarde para renunciar a mi decisión y en camino de regreso ya estábamos.

Al llegar a nuestro pueblo y estacionar las camionetas todos desabordaron y se dirigieron a sus lugares a continuar con la rutina de diario, mientras caminaba con Jesús y su novia, Samantha Mulligan, hija de Peter Mulligan se acercó a nosotros, precisamente a Jesús.

—¿Donde está Carlitos?— Ella le preguntó a Jesús, cosa que me hizo reír por llamarlo de esa forma.

—Él no está— Respondió Jesús un poco feroz, era lógico ya que no era muy bueno con las explicaciones.

El comienzo después del finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora