El comienzo después del fin

La última cruzada

[EDDIE]

Hacía una mañana fría con la nieve cubriendo las calles aunque era completamente posible andar, solo un par de molestias en ciertos puntos con pendientes inclinadas donde en las zonas más bajas la nieve se metía a los zapatos y me helaba los pies, era más molesto que realmente problemático. La máquina de guerra circulaba aplastando la nieve y los cadáveres a su paso, hacía cuatro días que dejamos nuestro hogar en camino a la costa, cuatro días que habían pasado sin mayor problema ya que nos encontramos algunos grupos de zombies pero la bestia blindada pasaba sobre ellos tal como si fueran simple pasto, solo era necesario matar a alguno que otro, los dogos al ver la multitud de gente ni siquiera se acercaban, realmente con éste vehículo haría falta que aparezca la horrible criatura que mi hermana describió para sentirnos en peligro.

Mientras los copos de nieve seguían cayendo sobre la acera y el paso de nuestra gente marcaba un rastro, la noche no se hizo esperar y el tanque se quedó inerte en una calle junto a un parque, los zombies alrededor eran pocos por lo cual no se acercaban  a la multitud de personas, era un comportamiento extraño a decir verdad, sin embargo nos repartimos para hacer guardia, los zombies no eran los únicos que se podían presentar como un peligro, decidimos acampar a lo largo del parque utilizando sacos para dormir y techados de lona para evitar la nieve, parecía un campamento de refugiados después de una catástrofe pero no estaba mal, esto era así porque no era posible utilizar los interiores de los edificios aledaños ya que estaban hechos pedazos, sangre podrida, cadáveres congelados y el pútrido olor de la humedad estaban presentes en todos, esta zona parecía ser conurbada así que la guerra naturalmente la dejó hecha pedazos, incluso las calles estaban agrietadas y aunque los movimientos de la tierra aún no hacían desniveles prominentes, ya empezaba a haber inicios de ellos, lo cual dejó algunos edificios un poco inclinados y encimados.

—Hacía mucho que no teníamos tanta calma— Me dijo Nadia acostada en mi regazo, yo estaba en una banca del parque que de algún modo seguía en buen estado.

—¿Qué dices nena? El último año ha sido muy tranquilo, no hemos tenido que pelear ni salir a recolectar— Le respondí acariciando su cabello que aún tenía las puntas verdosas muy deslavadas.

—Si pero realmente no hemos tenido una "calma" real, hemos fortalecido todo, los protocolos, los entrenamientos, el trabajo se hizo mas arduo para restablecer lo perdido, pero ahora es... tranquilo, solo mira hacia arriba, ve la luna a través de los pequeños huecos que dejan las hojas de los árboles, han pasado dos años enteros sin emisiones de humo y las estrellas pueden verse tan claras, tu y yo aquí, es... muy bonito, aún si ya no tengo un brazo, tu no tienes un ojo, creo que me siento muy feliz, antes todo era estrés, estudiar toda tu juventud, frustrarte por las malas notas, pensar que estudiar para dedicar el resto de tu vida a ello... creo que solíamos pensar demasiado en el futuro— Su rostro esculpía una expresión de tranquilidad pura, con su piel morena y sus redondeadas facciones parecía ser una bella escultura.

—Te entiendo, creo que el mundo era demasiado complejo y aún éramos muy jóvenes para entenderlo, las cosas ahora son más difíciles y peligrosas pero en cierto modo son más sencillas y... ¿Sabes? tienes razón, jamás me había puesto a simplemente disfrutar la luz de la luna, creo que para entonces estaba muy ocupado y tenía la cabeza llena de otras cosas— Comencé a ver la luz azulada a través de las hojas y fue realmente tranquilizante.

—Oye... Edén— Ella me habló con algo de curiosidad y cautela.

—¿Sí?— Respondí con tranquilidad escuchando a los grillos en la hierba.

—¿Cómo sientes... la infección? Me dijiste que estabas transformándote pero de algún modo se detuvo la infección, ¿Se siente diferente?— Ahora sonaba más bien intrigada.