Bajo las escaleras, muerto de sueño porque prácticamente no he podido dormir bien anoche y con la sinfonía de sonidos eróticos que mi vecino, con obvias paredes delgadas, me ha dado junto a su novia, la mujer fumadora. Y claro, que todo esto sumado al hecho que he tenido que viajar de mi cama a la ducha unas tres veces, hasta que me rendí y me tumbe en el sillón color mostaza, y con la voz de Frank Sinatra cantando bastante suave en mis oídos a través de los auriculares del iPod.
Hoy el calor está insoportable, y es extraño porque prácticamente ya estamos terminando con el verano y tenemos al otoño pisandonos los talones. Resoplo terminando de bajar por el último escalón para luego cerrar los ojos, tirar la cabeza hacia atrás y ventilar el cuello de mi camiseta celeste.
–¿Mañana calurosa? –me dice una voz que reconozco al instante, y de inmediato vuelvo mi mirada al frente y al rubio que camina por el vestíbulo y en mi dirección. Luce casual y despreocupado con su cabello revuelto, la bermuda de jean y la camisa rosa palo, que ya conozco, con los tres primeros botones abiertos.
Tomo aire, suspiro. Es mi vecino, y uno de los tipos que mejor me cae en esta tierra y sin embargo cuando lo veo no puedo evitar sentir fastidio por los ruidos de anoche, culparlo de mi insomnio y mal humor, y finalmente sentirme totalmente avergonzado al recordar mis visitas al baño y el estúpido sueño húmedo.
Pero sonrío, a pesar de todo.
–Buen día –me dice deteniéndose frente a mí. Ahora ambos estamos parados en medio del vestíbulo.
–Buen día –contesto sonriendo –¿Hoy no vas al estudio? –pregunto resaltando, internamente, el hecho de que no lleve traje.
–No, hoy he hecho de taxista para una persona –dice sonriendo y he de suponer que ha llevado a su novia de vuelta a casa. –¿Y tú? ¿Universidad otra vez?
Me encojo de hombros, tomando con una mano la correa de la mochila que cuelga a mi espalda.
–Sí, mi último día de la semana.–Oh, claro. ¿Y qué harás esta noche? Es tu primer viernes en la ciudad, supongo que no querrás pasarlo encerrado en el departamento. Hay cientos bares y buenos lugares para pasar un viernes caluroso como el de hoy ¿No te apetece salir?
Alzo las cejas ¿Es una invitación? ¿A beber?
Oh.
–Ah, suena fantástico. Pero me temo que esta noche debo acostarme temprano, mañana saldré por la mañana con un amigo de la Universidad.
HyukJae me mira expectante, curioso, creo yo.
–Iremos a pasar el sábado a la casa de verano de sus padres a las afuera de la ciudad.–Ah –dice serio, luego frunce el ceño –¿Un amigo de la universidad? Wow, ya veo que eres sociable –y finalmente sonríe –Menos de una semana, con un amigo y una chica en la mira. Felicidades.
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Café con sabor a Miel.
FanfictionFantasías intensas como el café. Dulces como la miel. Edición: @jaelenophile