Respiro profundo el aroma de HyukJae, aquella mezcla exquisita de coco, colonia y café. Es miércoles por la noche y él está recostado junto a mí, en mi cama y con su brazo alrededor de mi cintura, mientras yo estoy sentado tecleando como un loco en el portátil. Hemos cenado un poco de comida china que compré en el camino, y por supuesto que HyukJae me regañó por ello e incluso tuvo el descaro de ofenderse porque he preferido los “dotes culinarios” de quién sabe qué tipo a los suyos, todo esto salido explícitamente de su boca. Es un poco sensible cuando hablamos de comida, bueno de SU comida. Me pregunto muy vagamente si la gastronomía habrá sido otro de sus sueños frustrados y consumidos por las exigencias de sus padres.
Lo miro de reojo asegurándome que no espíe mis escritos, me avergonzaría un poco que de pronto descubriese la pequeña y tonta novela que he decidido resucitar de la papelera de reciclaje hace un par de días; pero él está con los ojos cerrados, dormitando, incluso quizás se encuentre dormido completamente.
De pronto se remueve y sus ojos negros se abren con pereza encontrando a los míos puestos en su rostro, su bonito rostro. Me sonrojo al instante y vuelvo la mirada a mi portátil.–Umm… ¿Cuándo acabaras con eso? –pregunta con la voz ronca, lo que me hace pensar que sí estaba durmiendo.
–¿Y qué escribes, por cierto?–Una novela –contesto acomodándome mejor los lentes de marcos negros cuadrados que se me resbala por el tabique de la nariz.
–Y terminaré en un momento, ya casi acabo el capítulo.HyukJae se remueve un poco más hasta quedar sentado junto a mí, ahora con su brazo sobre mis hombros. Una vez más lo miro de reojo y veo sus ojos puestos en mi computadora, pero no está leyendo realmente, solo observa.
–¿De qué se trata? –pregunta con un real interés. Yo trago saliva y antes de que pueda leer más cierro la computadora.
–Romance –me limito a contestar porque no sé cómo reaccionará si le cuento que él es justamente el protagonista de mi pequeña historia –. Y ya terminé –le sonrío y luego me estiro sobre su cuerpo para dejar el cacharro sobre la mesita de noche que está de su lado. –¿Quieres dormir? Pareces cansado.
HyukJae se encoge de hombros y sus ojos de pronto cobran una chispa singular. Sus ojos dicen: Juguemos un poco antes de dormir, nene.
Oh… mi estómago se contrae cuando el dolor placentero se estira por todo mi vientre. Trago saliva y mi mirada queda puesta en la biblioteca frente a la cama.–¿Quieres dormir tan pronto? –Su voz nuevamente es ronca, ahora me pregunto si es realmente porque estaba durmiendo o por la irresistible e innegable tensión sexual que nos abraza por el simple hecho de estar juntos en una cama. Mis ojos encuentran los suyos un momento, la excitación está palpante en el fondo de ellos.
–¿Tienes que levantarte muy temprano mañana?Umm… repaso en mi cabeza mis planes para mañana y me sonrojo aún más.
–No… mañana no iré a la universidad –murmuro con la voz baja, dejando en evidencia cuán tímido me ponen mis pensamientos. Mierda.
HyukJae me mira intrigado –Tengo cosas que hacer. Ah… en la ciudad, y… no iré a la universidad. Bueno, no a las primeras clases, quizás llegue para las últimas dos.
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Café con sabor a Miel.
FanfictionFantasías intensas como el café. Dulces como la miel. Edición: @jaelenophile