Suspiro tirado en la cama deshecha, un domingo a las 11:00 a.m. Estoy boca abajo y tecleando como un loco en la computadora portátil. Los del camión de mudanzas acaban de irse hace un rato, mamá y papá me han enviado un juego de platos y cubiertos, cortinas, y algunas chucherías de mi antiguo cuarto. Esta vez, gracias a Dios, los de la mudanza se han dignado a subir cada caja por las escaleras y hasta el cuarto piso.
Llevo casi media hora escribiendo acerca de lo de ayer, acerca de la tarde y de la noche con HyukJae. Acerca de música fuerte, gente bailando, grandiosas y hábiles caderas, y finalmente, escribiendo sobre un rubio que huele fantásticamente bien con su buena mezcla de alcohol y café escapándose por esos labios rojos y carnosos que susurran una y otra vez: Baby...
Tomo aire, suspiro. He tenido la palabra en mi cabeza desde que he despertado. Baby.... Creo que me gusta mucho más "Nene", Baby suena demasiado extraño. O más bien me hace sentir extraño a mí. Mi conciencia, que había estado durmiendo, asoma su cabeza por debajo de las sabanas y me mira expectante como esperando que lo explique, y yo simplemente frunzo los labios y me encojo de hombros. Es demasiado difícil de explicar, simplemente es demasiado confuso. Cada vez que recuerdo a HyukJae llamándome "Baby", o en definitiva cada vez que recuerdo lo de anoche, el estómago se tensa de una forma extraña y automáticamente mi cerebro comienza a tararear alguna canción, como si intentara apartar a como dé lugar aquellos pensamientos de mí cabeza.Me da vergüenza al punto de querer olvidarlo, pero por otro lado me causa gracia, incluso ayer cuando volvimos y, después de asegurarme de que HyukJae no se desmayara en la puerta de su departamento, me he visto riendo como un loco y contra la puerta, y luego, simplemente me sentí vacío cuando mi risa ya no se escuchó y el departamento quedó a oscuras y en silencio.
Y ahora, estoy aquí analizando todo lo que una palabra, tan tonta y sin importancia como lo es "Baby", me hace sentir un domingo de verano, en mi cama y en mi cuarto cuyas paredes delgadas dan a la sala de estar de mi vecino rubio, arquitecto y con unas caderas que parecen tener vida propia.Vuelvo a suspirar, esta vez preguntándome acerca del rubio. ¿Cómo estará? Supongo y espero que con una resaca digna de la cantidad de alcohol que ayer ha bebido. Se lo merece por idiota. Luego me pregunto si ya habrá despertado, no he oído ruidos al otro lado de la pared, tampoco he estado pendiente. Mi conciencia me mira con una ceja levantada, sé que a ella no la puedo engañar. Suspiro por cuarta vez en el día mientras me siento en la cama y con las piernas cruzadas. Está bien, confieso, he estado pendiente de cada ruido que he escuchado solo porque quiero que despierte, estoy aburrido y he pensado invitarlo a almorzar, si es que su estómago está apto para eso. Pero al parecer y por ahora, sigue dormido. Entonces pienso que sería fantástico tener su número de teléfono, eso facilitaría las cosas.
Pasan de las 12:00 p.m. Sigo en mi cuarto, en mi cama, y ahora golpeando con la punta de los dedos la porcelana de la taza que contiene mi caliente y humeante té. Respiro profundo el aroma a miel, huele fantástico. Me he duchado hace un rato, me he cambiado y vestido con unos sueltos y cómodos pantalones negros de algodón, y puesto una camiseta blanca. Me he vuelto a sentar aquí con la taza en las manos y llevo minutos escuchando el sonido ahogado de Oasis cantar Wonderwall, al otro lado de la pared y, en efecto, en la sala de HyukJae.
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Café con sabor a Miel.
FanfictionFantasías intensas como el café. Dulces como la miel. Edición: @jaelenophile