Capítulo 21: Cobarde.

1.4K 210 142
                                    

–Hola –contesto finalmente con la garganta seca, sintiendo cómo toda la sangre se me ha helado y bajado de la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

–Hola –contesto finalmente con la garganta seca, sintiendo cómo toda la sangre se me ha helado y bajado de la cabeza. Siento que el alma se me ha caído a los pies. Diablos, si no estuviese sentado quizás las piernas me hubiesen temblado y fallado.
Al otro lado de la línea no contestan, solo escucho suavemente la respiración de RyeoWook. Trago saliva y miro cómo las uñas de mi mano libre rasguñan mi pantalón de jean sobre mi muslo izquierdo.

–Si buscas a HyukJae tendrás que esperar, se está duchando –casi lo siento sonreír –, ha tenido una noche agitada y entretenida, DongHae –¡MIERDA!

Inspiro profundo y cierro los ojos teniendo en mi cabeza la mañana del jueves cuando lo vi salir de la ducha, cuando pensaba en lo sexy que me parecía verlo vistiéndose, cuando me contó lo del fin de semana, cuando pensaba en lo importante que era esto para él. Luego recuerdo cuando le pregunté sobre RyeoWook mientras estábamos en la calle, ¿Por qué diablos tenía que mentirme? Y finalmente la discusión en el estudio termina por golpear todos mis recuerdos, sus insinuaciones sobre la cama… Claro, RyeoWook le ha dado algo que yo no. La daga se remueve dentro de mi pecho y duele. Dejo escapar un sollozo contra el teléfono y antes de volver a hacerlo cuelgo. Luego me tapo la boca cuando un quejido agudo y lastimero se escucha por todo el vagón. Me muerdo el labio provocándome un dolor que apenas si llega a tapar el de mi pecho. No voy a llorar. 《No voy a llorar. No voy a llorar》, me repito aún cubriendo mi boca, sintiendo cómo toda la angustia me presiona la garganta y el rostro se me contrae. 《No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar》, vuelvo a repetirme mirando la ventana, esta vez teniendo que destapar mi boca para barrer las lágrimas que finalmente brotan de mis ojos, luego mi rostro queda escondido entre mis manos. E irremediablemente lloro, maldigo, insulto… mi consciencia está sentada frente a mí, con el rostro pálido y una expresión indescifrable. Parece en shock, o muy abatida. 

¿Por qué nos ha hecho esto?, susurra ella sin mirarme. Tiene los ojos vacíos y muertos, y solo mira por la ventana parpadeando muy lentamente.

《No lo sé》, le contesto yo sintiendo tanta lástima de ella como de mí mismo. Oh, HyukJae ¿Por qué me has hecho esto?

Tengo que secarme las lágrimas y limpiarme la nariz con la manga de mi chaqueta de abrigo azul, cuando una señora se sienta frente a mí, justo en el lugar donde estaba mi consciencia. Ahora ella está sentada a mi lado y con su cabeza apoyada en mi hombro. La señora me mira sin pudor, incluso con morbo y yo le dedico pequeñas miradas incómodas, hasta que finalmente el tren se pone en marcha y mi mirada vacía queda perdida en los paisajes urbanos que pasan frente a mí y se convierten paulatinamente en rurales. Mi mirada queda vacía y reflejando todo mi dolor.

El ruido del silbato agudo y el barullo de la gente levantándose y moviendo sus cosas, me traen a la realidad y quitándome de mi prolongado estado de ausencia; donde solo he mirado por la ventana las tres horas de viaje, y pensado en todo lo que tengo para decirle a HyukJae. Ya quiero llegar a casa.

Café con sabor a Miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora