Capítulo 22: Un mundo sin HyukJae.

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Tomo muchísimo aire con la boca, casi ahogando un grito de histeria

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Tomo muchísimo aire con la boca, casi ahogando un grito de histeria. Toda la sangre ha abandonado mi cabeza, y cada vello de mi piel se ha erizado debido a la adrenalina que bombea mi corazón a lo largo de todo mi cuerpo. Me quedo en blanco varios segundos, segundos largos e interminables en donde me digo a gritos que es imposible, estoy soñando, ¡Despierta, DongHae!

–No puedes, –le susurro sintiéndome helado de repente. Estoy hecho una piedra, con la mirada puesta en las cortinas de la ventana. Niego con la cabeza –no puedes, no puedes, HyukJae.

–Puedo y estoy aquí. Quiero hablar contigo.

Trago saliva. Ahora el frio de mi cuerpo se transforma en un calor que consume cada fibra de mi piel hasta llegar a mi rostro y a mi cabeza. Y sin embargo aún estoy petrificado. Me quedo en silencio, pensando una vez más. No puede estar aquí, porque se supone que él está en la convención de arquitectos, y porque además no sabe dónde vivo. Es imposible. Diablos, me tiento de observar por la ventana, pero nuevamente intento convencerme de que esto no es posible, es irreal. La incredibilidad por un momento tapa la emoción que late muy dentro de mi pecho.

–Te estoy esperando –su voz me vuelve a la realidad.

–No sabes la dirección de mi casa –mi voz de pronto es temblorosa ¡Diablos, yo estoy temblando!

–La he conseguido –dice con arrogancia.

–¿Cómo?

–Ven y te lo diré, estoy frente a tu casa, cruzando la calle. Ven, por favor. Quiero hablar contigo.

–No, no puedes estar aquí. Es imposible. –corto y suelto el celular como si quemara, como si temiera que seguir oyendo su voz hiciera de esto algo más real. Como si creyera que dejándolo de escuchar, él, desaparecerá del mundo. Oh… no sé siquiera si realmente quiero que algo así suceda. ¿Un mundo sin HyukJae? La idea me aterra, como si en verdad no pudiese siquiera concebir tal cosa; sin embargo he vivido veintidós años sin HyukJae, un mundo sin él no debería ser tan grave.

Me paso las manos por el cabello, luego por el rostro sintiendo cómo una gota de sudor frío se me resbala por la frente.  

La incertidumbre e incredibilidad me vuelven a consumir. No puede estar aquí, no hay forma de que realmente esté en Mokpo o de que realmente sepa mi dirección.
Me humedezco los labios sintiendo cómo mi corazón late con fuerza. No sé si estoy aterrado o terriblemente emocionado. Estoy cargado de adrenalina, sí. Pero no sé exactamente qué emoción predomina dentro de mí. Creo que por una parte estoy asustado, por otra parte estoy furioso, y una pequeña parte de mí está feliz… oh, mi consciencia está feliz, está dando brincos y tirando de la manga de mi camisa. Quiere que me mueva, pero yo me zafo de su agarre y ella cae de trasero contra el piso.

《Analicemos la situación》, me digo a mí mismo. 《Lo primero es lo primero, descubramos si él realmente está aquí》.

Tomo aire, mientras gateo por la cama hasta la ventana que está cubierta por la cortina celeste claro. Tomo la tela con las manos y me detengo a pensar un segundo qué sucedería si al mirar hacia la calle él no estuviese ahí. Un escalofrío aterrador me recorre la columna vertebral. ¿Quiero que esté ahí? Oh, no lo sé. Finalmente la corro un poco haciendo el suficiente espacio para poder asomarme y mirar. Mi corazón parece detenerse, mis oídos de pronto no escuchan nada, me atrevo a decir que incluso siento como si el tiempo mismo se detuviera un segundo. Me vuelvo a preguntar ¿Quiero que él esté ahí? La noche ha vuelto oscuro al vecindario. Veo rápidamente las casas de los vecinos, los autos… el auto plateado bajo la luz naranja del poste gigante. El corazón se me acelera. Y finalmente lo veo a él… a HyukJae parado contra su auto, mirando en mi dirección. ¡Oh Dios! Cierro la cortina de inmediato y comienzo a retroceder hasta que caigo sentado al suelo junto a mi consciencia que me mira con una sonrisa fascinante. Yo sin embargo frunzo el ceño, horrorizado, creo. ¿Cómo se atreve a venir aquí? ¡A casa de mis padres!.

Café con sabor a Miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora