Lo logré. Estoy frente al portátil en el café de la universidad. Kyuhyun me mira intrigado y lo veo de reojo estirarse sobre mis hombros para ver el motivo de mi sonrisa triunfal. Logré dar con el comprador de la copia de Anna Karenina que buscaba. Además le he contado la historia y el comprador está conmovido. Esta misma tarde irá a la tienda a devolver el libro. Mi conciencia puede colgar su disfraz de de investigadora.
-Entonces... ¿te mudas? - La voz de Kyuhyun me desprende de mis pensamientos.
-Sí - contestó cerrando el portátil - Estoy feliz - Me echo para atrás y me bebo el café de máquina que me pedí. Diugh, sigue tan feo y extra dulce como siempre.
-¿Y no tienes miedo de que todo se arruine? - Mi conciencia corre a tocar madera, yo también lo hago y me aferro a la mesa, luego me doy cuenta de que es de plástico. Idiota.
-Yo espero que no - Le contesto - Realmente no creo que se arruine, prácticamente vivimos juntos. Estamos en mi casa o en la suya, nunca dormimos solos, nunca dormimos enojados, siempre estamos juntos. - La respuesta parece no convencer a Kyuhyun y yo,por un momento, sólo quiero que se calle. No quiero pensar en la posibilidad de que lo mio con Hyukjae se arruine. Además, sé que no va a pasar.
-Lo sé, se aman. Pero, piensa en esto, siempre tienes donde escapar, donde salir a tomar aire, en cambio cuando vivan juntos...
-¡No quiero escapar, Kyuhyun! ¿Por qué lo haría? - Él se encoge de hombros y yo pongo los ojos en blanco. No quiero escapar de Hyukjae, es el ser que más amo en esta tierra.
Cuando estoy en la tienda Jong Woon ya me está esperando con el comprador de Anna Karenina. Es un chico alto, de bonita sonrisa y cabello castaño. No le cuesta nada desprenderse del libro. Yo le agradezco por tomarse el trabajo de venir y le regalo un separador de páginas muy mono. Y en cuanto se marcha tomo mi celular y marco el número de teléfono de Choi Siwon, mi nuevo vecino. Para cuando me doy cuenta de que he podido llevárselo directamente a la puerta de su casa ya es demasiado tarde, él ha contestado.
- Choi Siwon, ¿quien habla? - Wow. Que formal.
- Hola - la voz me sale aguda, me sonrojo - Soy Donghae. - Él se queda en silencio, claro, no le había dicho antes mi nombre - El de la tienda, ¿recuerdas? de los libros.
- Ah, lo siento, no recordaba tu nombre.
- Sí, bueno, es que en realidad no te lo había dicho - Me paseo por la tienda mientras hablo porque Jong Woon me observa y eso me pone nervioso. De pronto encuentro los ojos de mi conciencia también puesta en mí, ¿y tú que miras? - Oye, te llamaba porque conseguí tu libro, lo tengo aquí en la tienda, por si querías pasar, digo. - Hace un silencio pequeño, luego me da la sensación de que se sonríe, pero no estoy del todo seguro.
- Genio - A mi se me llena el pecho de orgullo - Iré a última hora, estoy trabajando, ¿a qué hora cierran?
- A las ocho.
-Te veo en un par de horas, entonces. Gracias, hasta luego. - Y corta.
Yo pienso en enviarle un mensaje a Hyukjae para contarle la buena noticia, luego recuerdo que, con todo lo de la mudanza, olvide contarle sobre ésto. Y, después de ver su mirada de ayer, pienso que no sería buena idea. Así que me guardo el movil y me pongo a beber té con Jong Woon aprovechando que la llovizna a corrido un poco a los clientes de siempre, así que estamos relativamente tranquilos por hoy.
Están por ser las ocho. Ya llueve muchísimo. Choi Siwon llega en un autazo, impresionante. Trae un sobretodo negro y va de nuevo vestido de camisa y pantalón negro. ¿De qué trabajará? Quizás en un banco.
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Café con sabor a Miel.
FanfictionFantasías intensas como el café. Dulces como la miel. Edición: @jaelenophile