• quince

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retrato de E. A.

Mi niña de cristal
no le tiene miedo a las piedras,
se levanta por las mañanas
sin mirarse al espejo
y rompe los escaparates.

Mi niña de cristal
no necesita tener cien conocidos,
si todos los fines de semana
las cuatro amigas de siempre
la llaman en la madrugada.

Mi niña de cristal
se estampa contra el suelo
y se quiebra en mil pedazos
cuando su tristeza se encuentra
al borde del precipicio.

Pero mi niña de cristal
no busca romperse
o romper a otros.

Mi niña de cristal
sólo se reconstruye
a sí misma,
cuando estalla.

Abril ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora