histérica
Si te digo la verdad
no sé de que me habla
se hizo la buena un tiempo
y luego fue pa' mala.
Conoció miles de rostros,
pero no recordó ningún nombre
se vio sola, abandonada,
en un campo de rosas negras.
Besó
sin sentir
ni un solo cosquilleo
en sus labios secos,
rezó sin creer,
nunca había creído.
Ella era la doctrina de aquellos
a los que miraba mal en el pasillo,
de los que se burlaban
de su pelo enredado
y de sus zapatos sucios,
y le decían histérica.
Era una loca, una demente.
Una radical, una delincuente.
La llamaron así mil veces
sin remordimiento o pena de muerte.
Guardó todos los motes
y se hizo esclava
de su propia realidad,
la que hilaba cada mañana
con esas mismas palabras
cual presa de su propio entierro,
y nunca terminaba.
ESTÁS LEYENDO
Abril ©
Puisi⚘ Entre la infancia de césped resquebrajado y la adolescencia de palabras sin sentido, germinó la imperfecta flor que quería llegar a ser, floreciendo en su cautiverio al lado del huracán que la hizo crecer. Cualquiera lo suficientemente sabio...