• veintiuno

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tu otra mitad eres tú

No seas de esa manera,

como en el primer otoño

que fuiste valiente

y manchaste las esquinas del papel

con el café.

En verano guardaste las lágrimas

en una botella

y las lanzaste al mar.

Las vi desvaneciéndose en la espuma,

como plumas de pájaros

que tocan el agua

en un roce frágil.

No seas de esa manera,

y solloces por un tío

que te llama guarra

por principios de orgullo,

más que de razón.

Quiero que hagas un cuadro

con el pintalabios corrido

de todos los chicos que besaste

esa noche.

Que te acuerdes de mí

cuando te vuelvan a romper

el corazón.

Quiero que te repitas en tu cabeza

que solo tienes que dar

una mitad de ti y guardarte la otra,

para recordarte quién eres

y quererte a ti misma,

más de lo que nadie te quiere.

No seas de esa manera,

las palabras queman, destruyen,

te hacen de plástico.

Te hacen ver triste, chocante.

Me coges de la mano

y me llevas fuera,

porque la verdad es inflamable,

irrevocable,

y la queremos a plato de mesa.

Te confiesas,

lo sueltas,

las mentiras son escorias

las evito,

excepto ahora.

Abril ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora