• ocho

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ilusión en vano

Existió una vez,
un navegante que avistó
una hermosa isla desde
su catalejo oxidado.

Creyéndola virgen
e inexplorada,
caminó por las sendas
de su piel
y acarició la maleza
de sus lunares.

El mapa de una
empedernida confesión
le llevó al tesoro
que era su corazón.

Y cuando hubo encontrado
el preciado botín,
el volcán de la isla
explotó de cariño y pasión.

Y el niño que se creía hombre
se asustó por su reacción,
puesto que su descubrimiento
sólo era pura curiosidad
y no amor.

Así que, como un cobarde,
a la isla abandonó.
Y esta muy confusa y dolida,
con las lágrimas derramadas
los ríos desbordó
y en el agua se escondió.

La isla
jamás volvería
a fiarse de piratas
buscatesoros.

Porque sólo sabían
destruirlos.

Abril ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora