sabores
De camino a casa
el atardecer sabe a caramelo
como el sonido de tu risa,
caramelo de llanto,
dulce pero a la vez salado
y sollozo con nuestra canción.
Echo de menos los días pasados,
cuando conducía hacia casa
y no lloraba, no había llanto.
Las penas saladas llegaban al mar,
por eso no acababa,
por eso era inmenso.
Hay algo dentro que es diferente,
noto ese nudo en las palabras,
que me cala
hasta las pestañas húmedas,
nada es igual,
prometí dejarlo en un siempre
por eso se termina,
por eso se llora a veces.
De camino a casa
se olvida con las puertas cerradas,
pero con las ventanas abiertas,
no hay lamento que permanezca
porque los parabrisas se empañan
y los secretos ya no son promesas,
se van con el agua,
como lo que nos hace mal.
Aunque quiera creer que no,
el sol cuando se esconde
sigue siendo dulce,
las lágrimas
que corren por las mejillas,
que limpian el mar inmenso,
siguen siendo saladas
y yo, con esta copa de vino,
bebo y aprieto los labios.
Creo que sabe
a lo que nos quedamos
con ganas de vivir,
no es dulce ni salado.
Flotaba en la copa de cristal,
sabía,
todo este tiempo
había sabido,
amargo.
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Abril ©
Poetry⚘ Entre la infancia de césped resquebrajado y la adolescencia de palabras sin sentido, germinó la imperfecta flor que quería llegar a ser, floreciendo en su cautiverio al lado del huracán que la hizo crecer. Cualquiera lo suficientemente sabio...