• treinta y tres

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Veo llamas en mis sueños

y no me dejan dormir

me recuerdan a algo devastador

algo que me quemó una vez

y dejó marca.

Vi tu coche ardiendo

en el fuego que encendiste en mí.

Yo qué sé,

las cenizas se quedaron

en el cenicero,

pero el polvo me lo esnifé

para guardarte algún recuerdo.

Quiero decirte que te echo de menos,

que en las paredes de mi cuarto

te reflejo,

en el espejo empañado

y tu pelo mojado.

Me tengo solo a mí misma

porque ya no te tengo

y me pierdo y desvanezco,

brindo por ti y por mí,

por lo poco que me falta para caer,

pa' olvidarnos en una copa

y llegar a casa con el sol en la espalda,

con la camisa manchada

y el carmín en el cuello.

Abril ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora