Capítulo 13

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Maratón 3/4

Alena

Hoy no fuí a la universidad pues tuve puente, tenía ganas de salir de compras sola y me fuí caminado. Cruzé la calle y ví a Simón caminado con su celular y decidí espantarlo quitándole su celular.

-Dame ese celular vato.-le dije imitando una voz masculina-

Simón me dió su celular y volteó a verme asustado.

-Alena? Me sacaste un susto tremendo.

-Deberías dejar de ir con el celular, te lo puedes robar de verdad. -dije riéndome-

-A dónde vas?

-Al centro comercial, iré de compras. Tú a dónde vas?

-Sólo caminaba sin rumbo para perder el tiempo.

-Perderás más tiempo a mi lado, vamos a desayunar.

-Me encantaría, pero...

-Nada de "pero..." órale, vámonos.

Convencí a Simón de ir a desayunar y cruzamos un par de cuadras más y ahí estaba un pequeño restaurant mexicano. Simón vió la carta y se quedó impresionado de tanta variedad que tenían.

-A los mexicanos les encanta los huevos, huevos revueltos, huevos con tortilla, huevos con salsa, huevos con mole, huevos estrellados, huevos con huevos-comenzó a reír-

-Ustedes hacen arepas de todo, cada quien pero México tiene la comida más deliciosa. Sabes... deberías pedir unas enchiladas.

-No sé que sea pero las pediré.

Ordenamos nuestra comida y no tardó nada en llegar, Simón probó el platillo y le encantó. Simón tenía que regresar con los chicos y yo tenía un par de pendientes y decidimos tomar cada quien su camino.

-Alena, me tengo que ir. Sabes...me encanta salir contigo, muchas gracias.

-No es nada, gracias a ti por darme de tu tiempo.

-Mañana tengo la tarde libre, podríamos salir?

-Claro, cuando quieras.

A Simón le brillaban los ojos cada que estábamos juntos y eso me hacía sentir especial, Alena... será qué...? No, no, no, no quiero pensar en eso. Admito que me encanta pasar tiempo con Simón. Me fuí al centro comercial y entré a H&M, como toda mujer me entretuve mucho hasta que por fin decidí mis prendas, había mucha gente en la caja para cobrar de la área de mujeres y me fuí a la área de hombres a que me cobraran ahí, iba entrando a esa área y ví a Martín y este chico siempre está con Villamil, me escondí entre la ropa y efectivamente, Villamil estaba en la fila para cobrar. Me hice wey viendo la ropa y Simón me comentó que le encantaban los hoddys y ahí habían de varios colores y así que tomé el color más lindo a mi parecer y perdí a Martín y a Villamil y me formé. Estaba nerviosa y me jalan del hombro.

-¡Alena!-dijo Martín-

-Cállate tont...-interrumpe-

-Ese hoddy es para Simón.

En eso llega Villamil y por educación lo saludé.

-Hola Juan.-dije seca-

Villamil se apenó mucho al verme, Justo cuando iba a decir algo me percaté que ya era mi turno para pagar. Pasé, pagué mis prendas y me fuí de ahí rápidamente. Llegué a mi casa y me acosté en el sillón. Creo que todavía siento algo por él, pero aún así lo odio.

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México Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora