México Juan Pablo Villamil

Capítulo 16

Simón

Eran las 4 de la mañana e Isaza y yo comenzamos a hacer maleta porque estaríamos allá tres días, todas las cosas las hacemos al último pero por alguna extraña razón hacemos todo rápido. Acabamos y les dejamos una nota a Villa y a Martín diciéndoles que no estaríamos los siguientes tres días pero cualquier problema que no dudaran en marcarnos. Se nos hacía muy tarde y salimos de la casa rápidamente. Fuimos primero por Julia, Julia tenía una pinta de que odiaba a todos y odiaba despertarse temprano, se subió a la furgo hasta atrás y se quedó dormida al instante. Pocas cuadras despues llegamos a la casa de Alena, de mi novia, "La casa de mi novia", que bonito se escucha. Alena se subió y me dió un beso, se sentó y también se quedó dormida. Qué bonito era verla dormir. Le quité sus gafas pues sé lo incómodo que es dormir con ellas y me quedé observándola un rato. Seguimos el camino y eran las 7 de la mañana, Julia despertó y propuso bajar a desayunar en algún restaurant que nos encontramos, realmente terminamos comiendo galletas del Oxxo.

Julia se pasó a mí lugar (el asiento del copiloto) y yo me pasé a lado de Alena, la abrazé, jugué un poco con su cabello ondulado y nos quedamos dormidos.

Llegamos a Guanajuato y Julia era la más feliz en ese momento, buscamos un hotel en donde quedarnos y encontramos la mansión Von Humboldt que estaba en el centro y eso era una gran ganancia. Bajamos a dejar nuestras maletas y de entrada se sentía una vibra hermosa en Guanajuato, esos callejones, su gente, me encantaba!

Me acosté en la cama y Alena se acostó en mi pecho.

-Estas feliz?-preguntó Alena-
-Estoy feliz con el solo hecho de estar a tu lado.-respondí-

Era tan temprano que nosotros pensábamos en dormir y en eso entra Julia con toda la actitud.

-¡Enamorados! Nada de dormir ahora, aquí en Guanajuato se está despierto desde temprano y se camina mucho, pónganse algo cómodo y vámonos!

Alena y yo nos paramos aflojerados y nos vestimos, volteé y Alena estaba sin blusa, la miraba muy disimuladamente, me encantaba su cuerpo, su forma de amar, todo. Me acerqué a ella y la abrazé por detrás dándole un beso en su cuello; Alena volteó a verme y me dió un beso en la boca sin decir nada. Sus besos hablan por sí solos.

Salimos de la habitación e Isaza y Julia ya estaban en el lobby tomados de la mano, llegamos y rápidamente se soltaron de la mano.

-No tienen que ocultarlo más.-les dije-

Ellos rieron y salimos a explorar Guanajuato.

Alena

Jamás había estado en Guanajuato y desde que llegamos quedé enamorada, salimos a explorar junto a la persona que me hacía feliz. Nos quedaba cerca el Teatro Juarez y fuimos ahí, estaba muy lindo pero no podíamos pasar porque se pasaba en lo general por la noche. A lado del teatro había una calle pequeña y vendían muchísimas cosas, Simón vió que estaban haciendo pulseras con nombres y él pidió dos con nuestros nombres. Nos dieron las pulseras y yo me puse la de su nombre y viceversa. Volteamos arriba y estaba el famoso funicular y todos querían subir menos yo, le temo a las alturas un poco.

-¡Amor, vamos!

-¡Simón no!

-Toma mi mano, aquí estaré siempre cuando tengas miedo.

Lo tomé fuerte de la mano y subimos lentamente, llegamos y fuimos al monumento al Pípila, desde ahí se podía observar todo Guanajuato, todos sus callejones de colores. Moriamos de hambre y ahí habían puestos de comida y comimos ahí sentamos en unas bancas. No podía dejar de ver a Simón pero tampoco podía dejar de pensar en Villamil.

Julia

Me encantaba ver a Simón y a Alena juntos, por la noche salimos al centro, y nos quedamos a una callejoneada, cantaron y Alena y Simón eran felices. Simón me dijo que distrajera a Alena por un momento y yo sólo asentí. Nos paramos y caminamos y caminamos...y de pronto Simón llega por detrás con un gran ramo de rosas y una dedicatoria, Alena lo abrazó y yo sólo veía lo felices que eran. Llegamos al hotel y Alena y yo nos fuimos a nuestra habitación porque dormir con los chicos ahora no señor, todo a su tiempo.

-Alena...quiero que me digas algo.-dije-

-Dime.

-En verdad estás con Simón por amor o por venganza a Villamil?

-Este...-se le hizo un nudo en la garganta-

-Es suficiente.

-Julia no, yo amo a Simón, no estamos por venganza eso te lo puedo asegurar.

-Sigues sintiendo algo por Villamil?

-No te lo puedo negar.

-No quiero meterme en esto pero realmente deberías hablar con Villamil, insisto, no quiero que terminen mal.

-Villamil es un patán, podría decir eso por el resto de mi vida.

-Alena, Villamil no sabe nada, cierto?

-Julia...es que...

-Es que nada, no lo ilusiones.

-Tienes que enterarse algún día, por favor deja ese tema, no quiero salir mal.

Solo trato ayudar a Alena pero ella siempre se ciega por el amor y el odio aunque ella no lo admita.

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