Capítulo 14

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Maratón 4/4

Simón

Últimamente he salido mucho con Alena y eso me gusta mucho. Me siento acompañado y querido. Salgo de mi zona de comfort.
Hoy Alena me invitó a su casa, comeríamos ahí y vería a sus papás, estaba muy nervioso pero acepté. Fuí a la Universidad de Alena a recogerla y unas chicas se me acercaron a pedirme un par de fotos, llegó Alena y nos fuimos a su casa. Llegamos a su casa y sus padres estaban poniendo la mesa, los saludé y eran muy simpáticos, comimos y sus padres se fueron a trabajar, Alena y yo nos sentamos en la sala y nos pusimos a ver una serie. Literalmente estábamos de esquina a esquina y poco a poco nos fuimos juntando, Alena se recargó en mi pecho y yo comencé a jugar con su cabello.

-Simón, tengo que contarte algo.

-Sí, dime.

-Me atrae un chico pero no sé.

A Alena le atrae un chico, la perderé.

Alena

El chico que me atraía estaba a mi lado, sí...es Simón. Él no sabía nada porque no se lo demostraba. La verdad no me gusta estar con rodeos, prefiero que lo que vaya a pasar pase de una vez. Me senté y volteé la cabeza de Simón hacia mi, le tomé las manos y suspiré.

-Simón te diré la verdad. El chico que me gusta está enfrente de mi. Eres tú. Simón Vargas Morales.

Simón pensaba que era una broma porque así nos llevamos y se negaba, no sabía qué hacer para que me creyera. Simón se paró y se comenzó a reír.

-Simón no te rías.

-Alena, por favor, dime que no es mentira.

-No lo es.

Lo tomé de la mano y le clavé un beso el cual me siguió, nos separamos y ambos sonreímos.

-Te queda alguna duda?

-En lo absoluto.

Simón tomó mi cara y de nuevo me besó.

Simón

Ambos estábamos enamorados, ambos teníamos el mismo miedo, pero un beso lo dijo todo. Por fin sentí las llamadas "maripositas en el estómago".

-Alena, quieres intentarlo?-pregunté-

-¿Por qué no deberíamos?, claro que quiero.

De nuevo le clavé un beso y la abrazé tan fuerte como pude. Seguimos la serie y entrelazamos nuestras manos y nos quedamos dormidos viendo la serie. Desperté y era muy tarde, me despedí de Alena con otro beso y me fuí a la casa con una sonrisa de oreja a oreja. Llegué y los chicos estaban en la sala, me metí a mi cuarto y me acosté en mi cama pensando en muchas cosas. Villamil no sabía nada y el día que se entere me mataría. No quiero que Villamil piense que es la venganza porque no lo es, Alena y yo nos amamos y no haríamos está relación por venganza a Villamil, pero en cierta parte se lo merece, no sé que sentir. Tomé mi celular y tenía un mensaje de Alena.

-Monchi, se me olvidó darte algo, mañana paso a dejartelo a la casa.

-Está bien. Gracias por todo de verdad, descansa.

-Te quiero.

Tomé mi libro y me quedé dormido en la cuarta página.
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México Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora