Capítulo 30

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Capítulo con contenido +18

Alena

Cuando llegamos al hotel me di cuenta que era en el que yo me hospedaba, tomamos elevador y subimos hasta el pasillo donde yo justo estaba hospedada y nos dirigimos hacia su habitación.

Villamil

Entramos y comencé a besar a Alena sin parar, pasaba mis manos por sus curvas y eso comenzaba a excitarme. Sus curvas ya no me bastaban, metí mis manos debajo de sus bragas y Alena de inmediato me separó.

-Villamil, para. No estoy segura de hacer esto.

En ese momento comprendí que mi Alena era virgen.

-Alena...tranquila. Déjate llevar, prometo no hacer una cosa que no te guste, seguimos?

Alena sonrió y la empuje hacía la cama quedándome yo arriba de ella, la comencé a besar y estos besos comenzaron a subir de intensidad.

Alena

Villamil comenzó a besar mi cuello y dejando marcas. Villamil estaba totalmente excitado.
Fue bajando sus besos hasta que llegó a mi pecho y me volteo a ver. Le sonreí de nuevo para que vea que si estoy segura de querer perder mi virginidad con él, con el amor de mi vida.
Como pudo me quito el vestido dejándome en ropa interior. Empezó a besar todo mi cuerpo y mis pechos sobre la tela de mi sostén . Yo suspiraba y rogaba porque me lo quitara. Después de que le rogara y suspirara su nombre varios minutos intentó desabrochar mi sostén pero le costó trabajo a lo cual yo reí y le ayude. Él solo me sonrió y bajo sus besos a mis senos. Jugó un rato con ellos, con su boca y manos. Él estaba tremendamente exitado por lo cual me quito mis bragas, empezó a jugar con sus dedos en mi clitoris haciendo figuras con estos, luego de un rato donde gemía su nombre el decidió probarme, beso mis labios mayores y yo deseando cada vez más de él agarraba del pelo y lo unía más a mi gimiendo su nombre.
Luego de un rato decidí que era su turno así que le quite su ropa para que él quede solo en bóxers y yo jugara con él.

-Alena...por favor

Dijo entre suspiros. Yo sonreí y se lo quite lentamente.
Lo tomé y lo lubriqué para luego empezar a hacerle un handjob y más adelante un blowjob, lo volteaba a ver cada que podía y veía que hacía caras de estarlo disfrutando. Luego él me cambio la posición. Quedamos los dos de frente, me subí arriba de él y poco a poco su miembro metió en mi, fui haciendo movimientos circulares con mi cintura y Villa miraba atentamente. Duré tantos minutos en la misma posición y Villa no se movía para nada, pero comprendí, tal vez tenía miedo de él moverse bruscamente.

-Villa...hazlo.

Le di luz verde a Villa y él de inmediato me cambió de posición, me puso en cuatro y de una estocada metió su miembro entero.

Villamil

La tomé de la cintura y la embestía muy rápido, la tomé del cuello y seguí, Alena gemía y entré gemidos me pedía más y más hasta que los dos llegamos al orgasmo, sonreímos y nos besamos. Nos tumbamos en la cama, Alena recargó su cabeza sobre mi pecho y yo comencé a jugar con su cabello.

-Eres hermosa, Alena, te amo.

Alena ya estaba dormida, estaba agotada. Habíamos arreglado las cosas, habíamos hecho el amor, por fin la tengo a mi lado, por fin es mía.

México Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora