Reto 30 Días(JosuHan)

Día 1" tomándose de las manos"

Era común que caminaran por las calles de morioh, ya no discutían como normalmente solían hacerlo en el pasado, ahora solo tenían charlas comunes hablando del día a día de cada uno. Josuke solía acompañar a Rohan a sus compras y Rohan disfrutaba de la compañía del ojipurpura.

Después de lo que paso con Kira y con el pasar del tiempo los dos poco a poco fueron resolviendo sus diferencias a tal punto de que cada día esperaban con ansias el verse. Así pasaron el rato caminando y hablando, compartiendo hermosos momentos y sonrisas sinceras, estaban tan centrados en su mundo que no se dieron cuenta que el semáforo estaba en rojo, pero por suerte Rohan lo noto a tiempo de dar el siguiente paso, tomó la mano de Josuke y lo atrajo hacia él, evitando cualquier daño que el pudiera recibir.

- ¡Eso estuvo muy cerca! -dijo Josuke mientras que apoyaba su mano izquierda en su pecho ala altura de su corazón.

-ja ja tonto, deberías tener más cuidado-.

-tu tampoco te habías dado cuenta-decía un poco enfadado.

- ¿ahora nos tuteamos? Soy el gran Kishibe Rohan para ti-soltó una sonora carcajada.

-Hump-gruño Josuke por lo bajo, mientras que de manera inmediata se avergonzaba y es que apenas había notado que Rohan aun lo tomaba de la mano. Era una sensación cálida y suave, no pudo evitar sentirse feliz por esas sensaciones, pero tampoco podía evitar que su rostro lo delatara.

-vamos Higashikata-lo jalo, así siguiendo su camino por la calle.

-Rohan...Sensei...-.

-mmm, ¿qué sucede? –.

-Ya...ya puede soltarme la mano-.

-sabes, pensé que era un buen pretexto-. dijo Rohan mientras miraba y sonreía maliciosamente a Josuke.

- ¿así que era un pretexto? -sonrió así contestando el gesto de Rohan hacia él.

-tal vez, Higashikata-volteo a ver hacia otro lado, sonriendo y no pudiendo evitar sentirse feliz al igual que disimulaba su leve sonrojo que le quemaba las mejillas, para evitar que lo viera el ojipurpura, pero Josuke estaba del mismo modo con el corazón latiéndole a mil por hora.

A veces se necesita un pequeño pretexto para tener el valor de dar el primer paso.

O tal vez no.