Reto 30 Días(JosuHan)

Día 11 "Usando kigurumis"

- ¡Me niego! -.

-Por favor rohan, solo una vez-.

- ¡Ya dije que no! -.

-Sera divertido -.

- ¿acaso crees que el gran Kishibe rohan va a humillarse? -.

-Rohan... ¡Bien olvídalo! -.se había resignado a intentar convencer al ojiverde, pues ya sabía que no accedía a sus peticiones muy seguido.

Los dos se quedaron en un gran silencio, ninguno se miraba a los ojos y se mantenían cruzados de brazos.

-No entiendo por qué no quieres-.

- ¿Por qué debería hacerle caso a un estudiante? Y ya deja de fastidiarme-.

El joestar suspiro, pues no tenía ganas de pelear con el mangaka.

-Entonces supongo que se los daré a alguien más, tal vez a koichi-. Decía el ojipurpura ya cansado, aburrido y haciendo un puchero. -El "SI" podría utilizarlos con yukako, después de todo se aman demasiado-.

- ¡Esta bien!, No tienes que poner esa cara, ¡lo haré! -.se había dado por vencido y el odiaba ser derrotado por el ojipurpura, ¿cómo lograba hacerlo sentir mal? ¿por qué tenía que poner esa cara de cachorro? - ¡Pero solo será una vez! -.

Y como por arte de magia, el semblante de Josuke cambio, se levantó muy animado del asiento donde estaba, y tomo la caja de cartón que estaba en el suelo para así dirigirse dentro de la casa del mangaka, pues estos se encontraban en el balcón ubicado en la entrada.

El peliverde lo siguió con cara de fastidio, pues ya se había arrepentido de haber aceptado, cerró la puerta y coloco el seguro; por que realmente no deseaba que alguien entrara y viera humillante escena.

El joestar abrió la caja, esa caja que le llegó como regalo por haber utilizado 100 veces cupones de descuento y ahorrar sus centavos en el super mercado, el cual venia con un mensaje diciendo cual era el contenido. Antes de recibir dicho paquete le habían hecho unas preguntas dándole a escoger entre tres tipos de regalos, al escoger los kigurumis le habían preguntado las medidas de él y su pareja, por lo que no habría problemas con los regalos.

Saco dos trajes, uno verde limón y otro rosado claro, el traje verde limón tenía forma de cocodrilo, cola larga, colmillitos, los pies como si de pantuflas se trataran. El traje rosado claro, tenía forma de conejo pues tenia unas orejas largas y una colita esponjosa, con un enorme circulo blanco en el pecho y las extremidades igual que las del cocodrilo.

Con un gran salvajismo rohan tomo el kigurumi de cocodrilo lo más rápido que pudo, pues de ninguna manera usaría el de conejo, eso arruinaría más su reputación y de por sí ya se humillaría demasiado.

-Es mío y punto-. amenazo antes de que el ojipurpura dijera algo en contra, observó el traje y arqueo una de sus cejas para luego observar al joestar. -si te ríes te mato, Higashikata Josuke-.

Las cortinas se mantenían cerradas, eso era común en casa del mangaka, así que por eso mismo no le importo despojarse de sus prendas allí mismo en la sala, quedando únicamente en boxers, dejando a relucir esos prominentes glúteos, tomo el traje para empezar a colocárselo cuando sintió esos enormes orbes púrpuras posados sobre él, dirigió su mirada hacia ese lugar y vio a un sonrojado joven que le miraba de manera lujuriosa.

- ¿Te gusta lo ves?, lástima que este hermoso cuerpo se vera opacado con tan horrible traje-. decía mientras colocaba una mano sobre su pecho fingiendo estar ofendido y soltando una risita de lado.

-...-.El joestar no contesto y opto por despojarse igual de sus prendas, quedando en unos muy ajustados boxers que hacían resaltar su hombría que rohan se saboreaba con la mirada, sus bíceps bien tonificados y su piel acanelada lo hacían perderse en sus fantasías, de igual forma el joestar sintió que se lo devoraban con la mirada, giró para toparse con los orbes verdes a los cuales no les importo que los sorprendieran en el acto, vio como estos se dirigían de pies a cabeza y como el dueño de estos sonreia de manera traviesa.

-Apúrate y vístete ¿acaso no querías que usáramos estas cosas? -.

- ¿eh? ... ¡ah! si, si-. y con nerviosismo tomo el traje rosado, empezando a colocárselo, este le quedaba bien, por lo que se sorprendió ya que pensó que el traje no le quedaría y terminaría usando el de cocodrilo, pues tenía ganas de ver al ojiverde de conejito. Rohan hizo lo mismo y se colocó su kigurumi y se puso la capucha.

-Esto es en exceso humillante-.

El joestar se quedó perplejo, pues era la cosa mas linda que en su vida jamás había visto, era un pequeño cocodrilo verde, cruzado de brazos y que hacia un lindo puchero, el cual se borró inmediatamente creando ahora una risita que cada vez se hacía más escandalosa.

- ¡Jajajaja!¡eres un malvado conejito, no vayas a atacarme con tus esponjosas patas traseras! -. reía mientras se sostenía el estómago, pues le empezaba a dolor de tanta risa, el joestar en ese momento pensó que rohan en realidad era el más horrible cocodrilo enano, enojón y sin sentimientos que jamás había conocido.

- ¡Voy a golpearte rohan! -.

- ¡jajaja!,¿de nuevo me tuteas?, intenta alcanzarme entonces-. Rohan salió corriendo, seguido de Josuke que trataba de alcanzarlo, pasaron de la sala al comedor en donde por poco Josuke lo atrapa, pero rohan se escabullo por debajo de la mesa haciendo que el joestar chocara con la mesa.

- ¡Puede que tu stand sea rápido, pero tú eres muy lento malvado conejito! -. gritaba un muy divertido peliverde, pues admitía que esa persecución se había convertido en la más divertida, Rohan había subido las escaleras hacia donde se encontraba su recamara.

- ¡Ya verás cuando te ponga las manos encima! -. Saco a Crazy Diamond y con él pudo brincar hasta donde se encontraba rohan el cual ya bajaba las escaleras, había burlado por segunda vez al joestar, pero esta vez no tuvo suerte de evadirlo, pues cuando se dio cuenta este lo había tomado por la cola, Josuke lo tomo entre brazos, rodeándolo del estómago.

- ¡ESO FUE TRAMPA! -. grito entre molesto y divertido por el agarre tan brusco.

-Ahora conocerás al malvado conejito-. susurro cerca del cuello del mangaka que había quedado descubierto, ya que la capucha se le bajo durante la persecución, haciendo que el peliverde se estremeciera.

Rohan lo miro algo sonrojado, pues era débil ante las caricias del otro, sabía que perdería una vez más si él lo besaba, y en verdad odiaba perder, desde un principio se había negado a usar semejantes trajes ridículos, y se habría seguido negando, pero su corazón dolía cuando el hombre que amaba ponía una expresión de tristeza, por eso odiaba a Josuke, le hacía sentir cosas que no quería, le hacía hacer cosas que odiaba, le hacía romper su orgullo, lo volvía débil en todos los aspectos y también por que a pesar de decir "odiarlo" lo amaba y disfrutaba tanto estar a su lado y disfrutaba las cosas que hacía con él, como usar los kigurumis.

Así que antes de que el perdiera, lo beso, justificando así que quien perdería esta vez seria Josuke, lo abrazo mientras aferraba mas sus labios a los del joestar, intensificando el jugoso sabor del amor, de la pasión y de la vida que representaba el ojipurpura para él.

-. Rohan...-. susurro cual brisa fresca sobre los labios que ahora estaban rojos como las pequeñas cerezas, esperando a que alguien se atreva a comerlos, morderlos y saborearlos.

-Quédate conmigo Josuke, no solo esta noche, quédate para siempre a mi lado-. miraba esos hermosos orbes púrpuras que el juraría que ven a través de su alma.

-Yo estaré contigo para siempre a tu lado, incluso si muero te volvería a buscar, no importa cuánto me tome, siempre, siempre estaré a tu lado-. deposito un casto beso, que fue correspondido de forma tierna.

- Vayamos a mi habitación, me quitare este horrible traje y luego tu harás lo mismo-.

- No, aún debes conocer quien es el malvado conejito-. lo cargo cual saco de papas en su hombro.

- ¿acaso no dejaras que me lo quite? -. intentaba zafarse del agarre, pero no podía, Josuke se empezó a reír mientras palmeaba el trasero del ojiverde, el cual movió su trasero logrando que la cola del kigurumi le pegara en la cara.

-Me las vas a pagar rohan-sensei-.

-Odio estos horribles trajes-.se dio por vencido y se dejó llevar, aceptando así lo que le esperaba en la cama. En la casa del mangaka muchas cosas pasaban, y una de ellas era que allí mismo nació una hermosa relación que se mantendría por un largo tiempo.