Cap.: 6 - De vuelta al mundo

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Ya había pasado una semana y varios días des de que Jimin se había ido completamente. Estuve todo ese tiempo encerrada en casa con la excusa de que me encontraba mal. No me encontraba mal. Me sentía triste por que le había cogido aprecio a Jimin y me dolía el echo de no estar con él. Así que ese día me levanté queriendo prosperar en la vida.

Se notaba que había ausentado unos días por que extrañamente Cody y Anna no se echaban ninguna mirada. Le pedí a Albert que fuéramos a pedirle unos papeles a la directora, pero sólo era una excusa:

- ¿Qué papeles?

- Ningunos idiota - dije susurrándole y dándole un golpecito en la nuca - ¿qué ha pasado con Cody y Anna?

- No lo sabemos, de repente un día ya no se hablaban ni se besuqueaban como siempre. Se lo he preguntado a Cody y me ha dicho que habían discutido sobre una tontería y se lo preguntado a Anna y me ha dicho que Cody ya no la amaba

- Pero sólo puede ser cierta una cosa

- Por eso no sabemos lo que está pasando, quizás a ti te lo cuente

- ¡Marta, preciosa! - dijo una voz feliz detrás de mi - ¿Dónde has estado este tiempo? - me giré - Teníamos un asunto pendiente pero te fuiste en el bar

- Erick... - miré detrás mio para sentirme apoyada por Albert, pero, el muy tío, había vuelto con la pareja infeliz, las mellizas y la pareja feliz - ...lo siento por dejarte plantado

- Tranquila, ¿erapor ese chico? Por que si era por ese chico... - apretó los puños - ...cómo te haya tocado... - sacó pecho -... cómo te haya hecho daño SE LA CARGA - y apretó los dientes - Ahora enserio, ¿te ha hecho algo?

(Romperme el corazón)

- Nada, es sólo que se fue sin decirme nada y me entristeció mucho pero no fue para tanto

(Por eso he estado en mi casa una semana pensando en la mínima posibilidad de que podía estar locamente enamorada de él, y de sus manos pequeñas, y de su sonrisa y de...)

- De acuerdo, si me necesitas para algo siempre estaré ahí por ti - me tocó el hombro y por un momento dejé esos pensamientos sobre Jimin para centrarme en sus tiernos ojos verdes. Quizás había más hombres en el mundo. Quizás Jimin no era la única opción. Quizás no me debía preocupar por los amores de la vida y debía centrarme en lo esencial.

"Me gusta mucho. Me encanta. ¿Para qué engañarme?" pensaba mientras volvía a casa de ese atareado día de escuela "Es un amor imposible. Cuando toque el indicado moriré junto a él. Ahora me debo centrar en mi futuro como soltera"

- Hola - me dijo el chico de media melena rubia, ojos castaños y ropa negra

- Hola, ¿eres?

- ¿Te acuerdas que hace un semana te caíste encima mío y ensucié mis pantalones de barro?

- Ah, sí

- Sí... Mis pantalones también se acuerdan de eso - sólo él se rió.

- Perdón por eso

- Tranquila, por lo menos no pesas más que yo - me fijé en que en realidad era un chico vergonzoso por que todas las gracias que hacía las decía mirando al suelo, sonrojado. - Bueno... Adiós.

Una calle más delante me acordé de que no le había preguntado el nombre al chico del barro. Así que lo empecé a nombrar así "el chico del barro".

Cuando llegué a casa le envié unos mensajes a Anna pidiéndole quedar. No sólo para descubrir lo que había sucedido entre ella y Cody, si no para distraerme también un poco.

"Hey An <3"

"Hey Ma <3 Qué pasa?"

"Quedamos? Esta tarde. 5 de la tarde. En el Rafael" El Rafael era una tienda de chuches. Solíamos ir ahí a tomar el aire.

"Guay"

Lo que no esperaba es a quién me iba a encontrar esa misma tarde en la misma tienda.

J.E.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora