Cap.: 11 - Atando cabos

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#### Narra Marta ####

Esa noche dormí muy mal. No podía soportar la culpabilidad que caía en mí. Me porté fatal. Mis padres no me educaron así. El día siguiente fui al instituto.

- ¡Marta! - chilló en frente de toda la clase la profesora. - ¡Atiende! Continuo, entonces, para analizar esta frase empezaremos localizando el sujeto y el...

Sólo podía mirar a una silla vacía de la clase, la de Erick. ¿Estaría bien?

A la hora del patio aparté a Erick de mis pensamientos para centrarme en Anna.

- Anna, ¿podemos hablar?

- Dime - y nos fuimos a una esquina

- El chico rubio de media melena, el que viste de negro, os vi ayer en el puente - Anna se mordió los labios - Explícame todo

- Cody y yo lo dejamos por ese chico. Lo conocí por un amigo y empezamos a hablar. Tenemos un montón de cosas en común y es un fan del chocolate (guiño de la escritora) como yo

- Anna, ¿por qué no lo dijiste?

- No lo sé

- ¿Y cómo se llama?

El chico del barro tenía un nombre precioso. Anna parecía tan feliz hablando de él que entendí por que no quería llevarlo a la luz. Por lo mismo que sentía yo por Erick. Sentía que nuestra relación medio amorosa era frágil y si se llevaba abiertamente la gente la podía romper, moldearla.

- Esta tarde tengo que ir a ver a Erick - le dije cortándola en medio de la descripción de su nuevo novio.

Dicho y hecho, esa tarde fui a casa de Erick.

Llamé a la puerta pero nadie contestaba. Miré debajo del felpudo, y, como siempre, estaban las llaves de su casa. De pequeño ponía las llaves ahí debajo para que yo pudiera entrar por las tardes cuando su madre trabajaba. A veces su madre venía antes de la hora y le pillaba el escondite así que le reñía, pero él igualmente seguía haciéndolo.

#### Narra Jimin ####

Estuve esperando hasta tarde en la caseta. ¿Le habría escrito mal la dirección? Y cuando se me terminó la paciencia fui a casa de Marta para asegurarme de que todo iba bien. ¿Se habría olvidado? Quedamos esa tarde pero la visita nunca llegó. Su casa era acogedora por fuera, no podía imaginarme como sería por dentro. La puerta del jardín estaba abierta así que intenté colarme. No lo hagáis vosotros, es ilegal. Cuando vi que la moto de correos venía hacía mi paradero fingí que no estaba intentando colarme.

- ¿Vive aquí? - pensé qué era mejor responder ¿sí o no?

- Puede, ¿por qué?

- Traigo unas facturas y... una carta para Marta

- Ya lo entrego yo todo

- De acuerdo - y me dio las cartas.

Aproveché y me colé, esta vez con una excusa un poco más legal. Tiré todas las cartas en el buzón y me apresuré a tocar el timbre pero una de las cartas cayó en el suelo. La que iba dirigida a Marta.

"Para Marta. De Erick"

#### Narra Marta ####

Abrí la puerta.

#### Narra Jimin ####

Abrí la carta.

#### Narra Marta ####

La casa estaba completamente vacía. Fui a la cocina y no estaba el microondas. Fui al comedor y no habían libros. En el baño no habían los utensilios. Y, finalmente, en el dormitorio sólo permanecía la guitarra de Erick.

Abrí la funda cuidadosamente sentándome en la cama perfectamente hecha. Dentro, a parte del instrumento, había un post-it de Erick.

"Marta, te regalo mi guitarra. Si no te puedo tener a ti, no merezco tener la música."

Levanté mi mirada hacía la pared y dejé mi mente en blanco para pensar dónde había podido ir Erick.

- ¡Una carta! - ¿me habría enviado una carta?

#### Narra Jimin ####

¿Por qué le habría mandado una carta?

Empecé a leer y cuando terminé lo único que sentía era rabia. ¿Quién se creía que era él para declararse a Marta? Seguro que era uno de estos que intentaban llamar la atención. Pues no. Con ella no funcionaría, yo lo iba a impedir. No quería que Marta estuviera con un tipo tan cursi y mujeriego. No estaba celoso... Estaba enfadado porque me la quería quitar. Ya nos arruinó ese día en el bar. No nos iba a arruinar nada más.

J.E.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora