Cap.: 34 - Heridas en el corazón

14 0 0
                                    

###Narra Jimin###

La velada era perfecta si no hubiera sido porque se creó un tenso e incómodo encuentro con la amiga de Marta y el capullo de Erick Brian Colón. Yo no quería pero al verlo me levanté recordando que dejó a Marta plantada en un parque y fui a darle un puñetazo.

Pero, por suerte de él, Anna se cruzó en la trayectoria del puñetazo y me paró.

- Yo también me alegro de verte Jimin, he oído hablar de ti, te gusta Marta ¿verdad? - lo miré de una forma asesina - pero si te gusta Marta ¿qué haces con este otro hombre? ¿Podría ser que ya no estuvierais saliendo tú y Marta? Perfecto para mí - y, entonces, me dí cuenta de que Yoongi lo había oído todo.

Pero al voltearme mi cita se había ido. Le dediqué una última mirada a Erick y pasé de Anna.

### Narra Anna###

Jimin se fue avergonzado por la misma puerta por la que momentos antes había huido el otro chico asiático.

Erick se había pasado, lo había ridiculizado y no había tenido ni ética ni moral. Pero aun así siendo tan frío y apático, no había mentido en ningún momento.

- Te has pasado - le dije con aires inferiores. La terraza se había quedado vacía y aislada de todos así que podía hablarle con un tono un poco más fuerte.

-Él se pasó con ella, le hizo mucho daño - cruzó sus brazos.

- Pero tú también. Recuerda que fuiste tú quién la dejó sola en el parque

- Joder, no me lo recuerdes

- Oh, claro que te lo recuerdo y ¿dónde están las explicaciones? Porque la pobre no recibió ni una

- Está bien, ¿sabes por qué la llevé a ese lugar? Porque, aunque fuera peligroso es un sitio precioso y es especial para mí por que yo me crié ahí ¿sabes? Sí, sólo quería abrirme ante ella por que ella des de pequeña se ha abierto a mí y yo, por miedo no me he atrevido a hacerlo igual. Esa es la historia.

- Erick - me mostré fría - una historia preciosa, te aplaudo, muy motivadora - dí unas palmadas con las manos y me reí sarcásticamente - pero, ¿por qué no apareciste en la puñetera cita?

- Eso no importa

- ¡¿Qué no importa?!

- No

- No te jode, eres idiota

- Oye, no me faltes al respecto por que yo no te he faltado al resp...

- Idiota, inútil, estúpido, egoísta, engreíd...

- Tuve un accidente de coche

Se hizo el silencio.

Al principio me arrepentí de haberlo insultado, joder, había sufrido un accidente. Pero ¿y si estuviera mintiendo? Decidí no creérmelo y él lo vio en mi cara.

- No te lo crees - me dijo mientras se desabrochaba su camisa.

- No, no me lo creo - se quitó la americana y continuó desabrochándose todos los botones de su camisa - ¿qué haces?

Cuando terminó con el último botón se quitó la camisa y su cara se tornó en un rojo intenso. En sus definidos abdominales se podían distinguir un seguido de moratones y heridas por todas partes.

Mi recorrido visual iba des de lo más bajo de su barriga hasta los pectorales y los hombros. Habían cortes profundos cosidos con delicadeza y cortes menos profundos. Unos más superficiales y otros más interiores. Los moratones eran morados, verdes, rojos y uno amarillento.

Tenía razón.

Me había preocupado por Marta y él era el que más ayuda necesitaba. El que realmente tenía un problema.

- Pero ¿por qué no se lo has dicho? - dije con un filo de voz.

- Por que quizás tienes razón. No soy bueno para Marta, debería solamente cuidarla en la distancia.

- Pero justamente, por esto que has dicho, me acabas de demostrar todo lo contrario.

Me acerqué a él y le revisé más detalladamente las heridas.

Alcé el brazo y acaricié sus abdominales. Levanté la mirada y mis ojos toparon con los suyos. Sus pupilas estaban dilatadas y tenía un brillo especial. Esa mirada sólo se la había visto al chico del barro.

El chico del barro...

J.E.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora